• Ha sido la mayor devaluación de una empresa española en la historia moderna.
  • Para el BBVA valía 6.500 millones.
  • Para el Santander, incluso más de 7.000.
  • Y ayer martes estaba quebrado.
  • Por cierto, la ampliación de 7.000 millones no es para el Popular. Es para el Santander.
Ana Botín (en la imagen) no ha despejado la incógnita: ¿cómo es posible que en noviembre ofreciera más de 7.000 millones de euros por el Popular y seis meses después (el martes 6 de junio) haya pagado solo un euro? Concretamente, valoró el Popular en una horquilla comprendida entre 1 y 1,7 euros por acción. El abanico era tan grande (2.000 millones de euros) que el entonces presidente, Ángel Ron, ni siquiera trasladó la oferta al Consejo de Administración. Pero la oferta existió. Como también existió la del BBVA, que presentó una horquilla más ajustada, entre 1,13 y 1,35 euros por título, lo que suponía valorar la entidad en unos 6.500 millones, aunque solo abonaría 5.500 y se reservaría 1.000 para posibles contingencias. En contra de lo que sucedió con la de Botín, Ron sí llevó la de FG ante el Consejo del Popular, pero no prosperó, como ya adelantara Hispanidad. Ese es el enigma que Botín no ha explicado en la rueda de prensa celebrada este miércoles (en la imagen). ¿Qué ha pasado en seis meses para que algo por lo que estaba dispuesta a pagar más de 7.000 millones, lo compre por un euro? Según Botín, ha sido una decisión del BCE. "Se intervino y luego nos invitaron a una subasta", se ha limitado a señalar. En cualquier caso, estamos ante la mayor devaluación de una empresa española en la historia moderna. De 7.000 millones de euros a 1 euro en solo seis meses. Brutal. Por cierto, la ampliación de 7.000 millones de euros, que se llevará a cabo en un mes y con derecho de suscripción preferente, es para el Santander y no para el Popular, como aseguran desde el banco cántabro. Si lo prefieren, es para el Santander-Popular. Para entendernos, el Santander no ha pagado nada por el Popular. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com