El juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, ha dado un giro al caso Popular este jueves, al citar a declarar como testigos al exministro Luis de Guindos, al exgobernador del Banco de España, Luis María Linde, al actual presidente de la CNMV, Sebastián Albella, y a su antecesora, Elvira Rodríguez.

Es decir, su Señoría, después de escuchar las declaraciones de los responsables de la entidad (como imputados), llama a declarar a los supervisores y reguladores, como testigos. Serán declaraciones muy interesantes. Por ejemplo, Guindos tendrá que explicarle al juez por qué las administraciones públicas retiraron depósitos de forma masiva si el banco, según sus propias palabras, era solvente.

“Yo he preguntado al regulador y me han dicho que no había ningún problema en ningún banco español”, aseguró en diciembre de 2016, tras el anuncio en el relevo en la Presidencia del Popular. ¿A qué regulador? ¿Al de Fráncfort o al de Cibeles? A los dos, respondió el exministro.

La comparecencia de Luis María Linde también promete, sobre todo después de conocer (lo adelantó Hispanidad) que, en marzo de 2016, Fernando Restoy, subgobernador, y él mismo mantuvieron una reunión con Ángel Ron en la que Restoy le animó a fusionarse con el Santander. Ron se negó y Restoy se marchó dando un portazo, mientras Linde le aseguró al presidente del Popular que había hecho bien.

De la declaración de Sebastián Albella poco o nada se puede esperar. Lo más probable es que el presidente de la CNMV, que dio el visto bueno jurídico a la ampliación de 2016, siendo presidente del despacho Linklaters, repita lo que dijo en sede parlamentaria.

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Así las cosas, las citaciones del juez Calama dan pábulo a la doble teoría de la conspiración que envuelve el caso. La primera, la conspiración europea: la resolución del Popular fue un ensayo, con fuego real, del nuevo sistema de liquidación de bancos que el BCE, a través de la JUR, quería poner en marcha cuanto antes. El experimento salió torcido y prueba de ello fue la negativa de Italia a aplicarlo en sus bancos, por ejemplo, en Veneto Banca y en Banca Popolare di Vicenza, en los que el Estado inyectó 5.000 millones de euros.

Y la segunda conspiración se refiere al especial interés de algunos accionistas del Popular por cambiar la ‘historia’ y la naturaleza del banco. Dos hitos marcaron el inicio del fin del banco que Luis Valls puso en la cima: la llegada del mexicano Antonio del Valle, amigo del fallecido David Rockefeller, el hombre que caminó desde la masonería al satanismo, y el nombramiento de la que luego fue su ‘escudera’, Reyes Calderón, como consejera de la entidad. Con ellos empezó todo.

En cualquier caso, habrá que armarse de paciencia: los cuatro testigos no declararán hasta bien entrado 2020. La primera en acudir a la Audiencia será Elvira el 4 de marzo. Linde declarará el día 11 y Albella, el 18. Para el 2 de abril se espera la de Luis de Guindos. Todos a partir de las nueve de la mañana.