- En teoría, para revisar todo el proyecto de sustitución de Ángel Ron.
- Uno de sus colaboradores lo considera un golpe de Estado de Reyes Calderón y el mexicano Antonio del Valle.
- Si querían el control del banco o cambiar al presidente, deberían haber lanzado una OPA.
- Por el contrario, su actitud hundió la reputación y los bajistas se ensañaron con la acción.
- Y eso es cierto, pero recuerden que el anuncio de la salida de Ron supuso una subida del 20% en la cotización.
- Problema para Cremades: el pequeño accionista permanente ha podido perder más del 80% de su inversión.
- En cualquier caso, una demanda social de responsabilidad afecta al banco, no alza personas. Es decir, afectaría a Emilio Saracho, no a su predecesor.
Javier Cremades (abogado) es el hombre del
pequeño accionista. Al menos es la especialidad de este abogado madrileño que siempre es la sal de todos los platos. Ahora está creando una
asociación de accionistas minoritarios del
Banco Popular. Y no es fácil, porque el accionista permanente del Popular ha perdido durante el último lustro el 80% de su inversión. Y otra precisión previa: cuando entra por la vía de la petición, judicial o negociada, de una acción social de responsabilidad, el objetivo de los demandantes es la entidad, no su presidente. En otras palabras, que el problema no sería para
Ángel Ron sino para
Emilio Saracho.
Dicho esto: el equipo Cremades considera que si el mexicano
Antonio del Valle y la consejera coordinadora de vocales independientes,
Reyes Calderón, querían controlar el banco y echar a Ron debían haber lanzado una OPA. Lo que hicieron, según las mismas fuentes, fue lanzar una OPA en cubierta. La verdad es que lo que hicieron fue convencer al Gobierno y al Banco de España de que había que cambiar a Ron, pero dejemos eso.
El caso es que, según sus acusadores, la actitud de los críticos puede ser susceptible de una acción social de responsabilidad.
Veremos en que acaba pero se puede liarse gorda.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com