- En medio de rumores sobre el difícil saneamiento del banco, la Aemec solicita a la CNMV que no cierre la investigación a Antonio del Valle por, presuntamente, manipular la cotización a la baja.
- Al mismo tiempo, los pequeños accionistas acusan de máxima ingenuidad a Emilio Saracho al plantear una innecesaria ampliación de capital.
- Ángel Ron siempre sospechó que Del Valle estaba jugando a bajista contra la entidad.
- Y qué casualidad: Del Valle era amigo del fallecido David Rockefeller, el hombre que transformó la masonería en satanismo.
La vieja guardia del Popular se resiste.
Unión Europea de Inversiones -las antiguas familias del banco- y la Sindicatura no se dan por vencidos y han decidido plantar batalla a través de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec),
una asociación promovida por el abogado Javier Cremades, del despacho Cremades & Calvo Sotelo.
Lo importante: en medio de rumores sobre el difícil saneamiento del banco, la vieja guardia del
Popular ha pedido a la CNMV que investigue a
Antonio del Valle (
en la imagen junto a Emilio Saracho)
que oficialmente controla el 4,25% del Popular, y a personas de su entorno, por presunta manipulación de la cotización del banco a la baja. En otras palabras, le hacen responsable de haber desplomado
la cotización de la entidad y de haber generado un grave perjuicio a los accionistas. Y qué casualidad: Del Valle era amigo del fallecido
David Rockefeller, el hombre que transformó la masonería en satanismo.
Es algo que Ángel Ron siempre sospechó. El anterior presidente del banco habló, incluso, de bancos de inversión que así se lo habían manifestado. ¿El problema? El de siempre:
es muy difícil perseguir a un bajista, entre otras razones porque operar a la baja está permitido.
Es más, las posiciones cortas son conocidas e, incluso, publicadas por la
CNMV cuando alcanzan un cierto volumen. Los actores, fondos en su gran mayoría, son también conocidos, pero demostrar que
Del Valle contactó con alguno de ellos para ordenar
operaciones bajistas, con el consiguiente perjuicio para el resto de accionistas, es muy complicado.
Al mismo tiempo, los minoritarios acusan a
Emilio Saracho de máxima ingenuidad al anunciar una ampliación de capital innecesaria durante la última
Junta de Accionistas, lo que provocó un desplome adicional de la cotización.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com