• Más bien, es todo lo contrario: están totalmente de acuerdo con el plan anunciado.
  • El nuevo consejero delegado se niega a dar el dato de morosidad, de la cobertura de los créditos morosos y el de rentabilidad sobre recursos propios (ROE).
  • La entidad se divide en dos: el negocio bancario y el inmobiliario.
  • Larena insiste: el 'Popu' no será fusionado.
  • El ERE se firmará la próxima semana y no se mejorarán aún más las condiciones.
No ha sido un buen día para Banco Popular. Los resultados hasta septiembre presentados este viernes arrojan una caída del beneficio del 66%, la cotización bursátil se desploma cerca de un 8% y el nuevo consejero delegado se niega facilitar algunos datos esenciales de la entidad. Lo cierto es que la de esta mañana era la primera rueda de prensa de Pedro Larena (en la imagen), nombrado consejero delegado del Popular a finales del mes de julio, y ya se sabe que la primera vez puede ser difícil. Ahora bien, que se niegue a facilitar datos esenciales del banco, no está bien. "No vamos a dar la morosidad consolidada", ha respondido ante la insistencia de los periodistas. Ni el el de la rentabilidad sobre recursos propios (ROE), ni el consolidado de la cobertura de los créditos morosos. Mal empezamos. La explicación la ha dado Javier Moreno, el director financiero: "No sería fácil de entender ni de explicar la nueva configuración del grupo, que está gestionado como dos unidades completamente diferentes". Es decir, por un lado el negocio bancario típico y, por otro, el negocio inmobiliario, verdadero lastre de la entidad. Para paliarlo, el Popular creará una sociedad independiente, un 'banco malo' llamado Sunrise, durante el primer trimestre de 2017, con un volumen de activos de 6.000 millones de euros y con el propósito de sacarla a bolsa. En estos momentos siguen estudiando la mejor manera de financiación y si finalmente integrará Aliseda, la inmobiliaria del banco. El plan es ambicioso y es la última carta de Ángel Ron. Ya veremos cómo sale. Porque, además de el 'banco malo', el Popular necesita vender los activos adjudicados que no entrarán en Sunrise y que suman otros 9.000 millones de euros. Casi nada. De las cuestiones que sí ha respondido el Ceo, la más significativa: "Los principales accionistas no tienen ninguna crítica con respecto a la gestión. Más bien, lo contrario". Hombre, Pedro, ninguna ninguna... Por ejemplo, el mexicano Antonio del Valle, como ya explicamos en Hispanidad, no está ni mucho menos contento. ¿Que ahora no le queda más remedio que aceptar la situación? Seguramente, pero de ahí a que no hay críticas... En lo que sí ha insistido Larena es en la independencia futura del banco. Y ha defendido algo que es elogiable: el Popular es uno de los dos bancos españoles que no ha recibido ninguna ayuda pública, ni la ha pedido. Todo lo ha hecho a pulmón. Eso está muy bien. El otro asunto es el ERE. Según Larena, las negociaciones van bien y el acuerdo con los sindicatos se firmará la semana que viene. Eso sí, no esperen grandes cambios respecto a la última propuesta del banco. No hay margen para mejorarla. Ahora sí que son lentejas: o las tomas o las dejas. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com