- Todo ello bajo la premisa de que el problema del Popular no es de gestión sino de liquidez.
- Respecto a los mexicanos, la postura del Banco de España es clara: Antonio del Valle, no; Carlos Slim, sí.
- La ampliación a lo Morgan recuerda a lo de Violy de Harper en el Banesto de Mario Conde.
- En cuanto al Santander, el problema es que al banco de Botín no quiere al Popular sino al Sabadell.
- En cualquier caso, lo que el Gobierno no va a aceptar es una operación especulativa por parte del Antonio del Valle bajo la batuta de Borja Prado.
- ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Por un error de gestión inmobiliaria de Ron y por unos accionistas que no han mirado por el banco sino por su patrimonio.
Comienza una nueva etapa en el
Banco Popular. El pistoletazo de salida ha sido el
hecho relevante remitido en la mañana de este jueves por la entidad a la CNMV y que anuncia la
sustitución de Ángel Ron por Emilio Saracho como presidente ejecutivo del banco.
¿Qué va a ocurrir a partir de ahora? Se abren
tres posibilidades, pero antes de entrar en cada una de ellas conviene tener una idea clara:
el problema fundamental del Popular no es de gestión -la red funciona bien-, sino de liquidez. El
agujero inmobiliario es demasiado profundo y está ahogando a todo el negocio. Estamos hablando de activos improductivos superiores a los
34.000 millones de euros, de los que
15.000 millones corresponden a activos inmobiliarios y a préstamos dudosos.
La primera opción que tiene Saracho encima de la mesa es
venderle el banco a los mexicanos. Cuidado, porque no todo vale y la postura del Banco de España es muy clara en este sentido:
Antonio del Valle no, pero Carlos Slim, sí. Además, si hay algo que el Gobierno no va a aceptar es una
operación especulativa por parte de Del Valle,
bajo la batuta de Borja Prado. Operación especulativa que permitiría a Del Valle dar el pelotazo que busca desde hace meses.
Slim es diferente. El hombre más rico del mundo tiene justo lo que le hace falta al Popular: liquidez. A eso unan dos cosas: la banca es su asignatura pendiente y
la acción del Popular está muy barata.
Ahora bien, si el problema es de liquidez, ¿por qué no hacer una ampliación de capital al estilo Morgan? ¿Recuerdan a
Violy de Harper, la que fuera representante de JP Morgan en el Consejo de Administración de
Banesto? Mario Conde intentó la salvación del banco con una macro ampliación auspiciada por la entidad norteamericana, pero el Banco de España, con
Mariano Rubio a la cabeza y
Miguel Martín de subgobernador, le dijeron que no e instaron la intervención de la entidad.
Pues bien, a Saracho,
hasta ahora vicepresidente de JP Morgan en Londres, se le presenta la tentación de hacer lo mismo. Bastaría una llamada a la que ha sido su casa hasta ayer, y listo. Porque la diferencia esencial con el Banesto de 1993 es que
el Popular de 2016 es un banco que funciona y genera negocio. Y encima, está barato. En el fondo,
se trata de la misma tentación que se le presenta a Slim.
En cuanto a
venderlo al Santander, hay un problema importante:
Ana Botín no quiere el Popular sino el Sabadell. La razón es obvia: el banco que deja Ángel Ron está muy repartido por todo el país y eso lo hace menos atractivo que el Sabadell. El banco que preside
Josep Oliu es una de las tres entidades de referencia en Catalunya, una región en la que el Santander no alcanza el 10% de cuota de mercado.
Oiga, ¿y cómo se ha llegado hasta aquí? Por un error grave de gestión inmobiliaria de Ángel Ron, que ha provocado un agujero que ahora el negocio, y por unos accionistas que a última hora han mirado por su patrimonio y no por el banco.
Pablo Ferrer
pablo@hispanidad.com