• El hombre de Telefónica va a rastrear todas las cuentas de la entidad para conocer la situación real del banco.
  • El director general adjunto al presidente, y mucho más, reportará a Emilio Saracho y no a Pedro Larena.
  • Mientras, el nuevo presidente se niega a aceptar el mantra del sector: no va a fusionar el banco.
Miguel Escrig (en la imagen, a la derecha) llega al Popular con un encargo muy concreto: auditar el banco. El que fuera director financiero de Telefónica entre septiembre de 2010 y junio de 2016, va a dirigir un equipo multidisciplinar para rastrear todas las cuentas de la entidad y para analizar posibles mejoras para el banco. Ese es el mandato directo que ha recibido de Emilio Saracho (en la imagen, a la izquierda). Efectivamente, el nuevo presidente no quiere tomar ninguna decisión estratégica sobre el futuro del Popular sin conocer de primera mano el presente del banco. Y ha encontrado en Escrig al profesional idóneo para esta labor. Porque esa es otra: el nuevo director general adjunto al presidente, a pesar de haber trabajado en el Santander (1994-1998) y en JP Morgan (1990-1994), es ingeniero industrial y no tiene una formación estrictamente financiera. Ahora bien, su cese como CFO de Telefónica no fue por eso, sino porque no supo aplicar el plan financiero. Concretamente, no supo, de inicio, negarse al reparto de dividendo, lo que llevó a suspenderlo en 2012 y a reducirlo a la mitad en 2013. Ahora, en el Popular, su cometido será otro bien distinto y tendrá mucho mando en plaza. El jefe de gabinete -y mucho más- reportará directamente a Saracho y no al consejero delegado, Pedro Larena. Mientras tanto, el nuevo presidente se niega a aceptar el mantra del sector: no va a fusionar el banco. Muy al contrario, su intención es preservar la independencia de la entidad y así se lo transmitirá a los accionistas el lunes 10 de abril, durante la Junta General. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com