Se llama Michal Bobek, checo formado en Reino Unido -¡Ay madre!-, y para nuestra desgracia es el abogado general de la Unión Europea, una figura cuyas decisiones siempre preludian la decisión que luego tomará el Tribunal Superior de la Unión Europea (UE). Pues bien, Bobek ha decidido desestimar el recurso de Uno de Nosotros, la plataforma provida europea que lidera el exministro español del Interior, Jaime Mayor Oreja. No es una decisión definitiva pero lo cierto es que el Tribunal Superior de Justicia de Europa (y ya estamos en recurso de casación) suele confirmar el criterio del señor abogado general.
Lo había solicitado un millón de personas, de siete países. Según Bobek, es poco representativo
Vamos, lo que pretende Mayor Oreja es que, al menos, si no se puede prohibir el crimen del aborto, es decir, la gran matanza de ser humano más inocente y más indefenso, que por lo menos no se financie -y promocione- con el dinero de todos los europeos. Ni el aborto ni la manipulación de embriones, es decir, la gran estafa científica del siglo XXI, pues utilizando embriones humanos no se ha curado ni un resfriado y encima se han gastado cantidades ingentes de dinero público para alimentar a científicos caraduras, del estilo del exministro Bernat Soria y compañía.
Lo que pretende Uno de Nosotros es, en resumen, que, al menos desde el sector público, con el dinero de todos los europeos, no se financie y promocione la gran matanza. Pero no: Europa ha dejado de ser la defensora de la vida para convertirse en patrocinador de la muerte y de la crueldad con el más inocente y más indefenso de todos los seres humanos, el concebido y no nacido.
Lo que pretende 'Uno de Nosotros' es que el crimen del aborto, al menos, no sea financiado y promocionado con el dinero de todos los europeos
A día de hoy, los europarlamentarios se rasgarían las vestiduras si alguien enarbolara en el Europarlamento el derecho a la vida sin el cual, por cierto, no puede existir derecho alguno. Sería tildado de fascista.
Otro detalle: el recurso de Uno de Nosotros y la existencia misma de este movimiento, y la noticia actual sobre el veto del amigo Michal Bobek a Uno de Nosotros. Por cierto, ese ‘uno de nosotros’ no es otro que la persona no nacida.
¿Comprenden ahora porque el ideal europeo decepciona? ¿Comprenden por qué mucha gente ha dejado de creer en la Unión Europea y la considera, no sólo los británicos, como un gasto inútil para alimentar eurócratas engreídos y políticamente correctos? Y ojo, hay muchos europeos que no se mojan por el más débil ni son coherentes con ese derecho a la vida pero que tampoco están dispuestos a apoyar un proyecto europeo que, al menos, no considere ese derecho universal a la vida.
Y así, el europeo del siglo XXI ni cree en el Parlamento europeo ni cree en sus tribunales de justicia. Respecto al Consejo Europeo, la Comisión y otros cargos ejecutivos… la verdad es que no creo que haya creído nunca.