Santander España es una anomalía: no tiene personalidad jurídica propia, pero sí tiene un Consejo de Administración a todos los efectos. ¿Por qué? Eso mismo le preguntó Hispanidad a Ana Botín, tras una presentación de resultados anuales y la respuesta de la presidenta fue tan escueta como poco esclarecedora: “Esa es una buena pregunta”. Y se marchó.
Lo cierto es que la asignatura pendiente del primer banco español y número 27 del mundo es, precisamente, España. Hablamos de una franquicia que durante los últimos años, y tras sonoras operaciones corporativas en el sector, incluida la absorción del Popular por un euro, ha pasado del primer al tercer puesto en el ranking de entidades en nuestro país, tras Caixabank y BBVA. Además, la plaza española ha ido perdiendo peso dentro del grupo y en el primer trimestre solo aportó el 15,1% del beneficio del banco: 243 millones de euros de un total de 1.608 millones.
¿Por qué no tiene personalidad jurídica propia? Existen razones fiscales que no queremos ni imaginar y también para diluir un banco que no acaba de ir bien, con otras filiales. El trabajo de inspectores y auditores no resultará sencillo.
En cualquier caso, Santander España funciona como cualquier otra franquicia del banco, con un Consejo de Administración propio presidido por Luis Isasi -presidente no ejecutivo- y con Antonio Simoes (responsable del banco en Europa) como consejero delegado, en sustitución de Rami Aboukhair. Forman parte de este órgano de gobierno los vicepresidentes Juan Manuel Cendoya e Isabel Tocino, José Doncel, José María Nus, Ignacio Benjumea, Javier García Carranza, Pedro Pablo Villasante, Carlos Barrabés, Javier Monzón, Gonzalo Alonso Tejuca y Beatriz Reyero.
Además, el consejo ha incorporado a Ángel Rivera, ex del Popular -lo abandonó en 2013- y actualmente responsable de Banca Comercial, y a Cristina Ruiz, consejera delegada de INDRA. Entre los retos que tiene que afrontar Simoes está reducir la morosidad del banco en nuestro país, que cerró 2020 en el 6,23%, muy por encima de la media del sector, que cerró diciembre en el 4,6%.