El precio de la luz tendrá su segundo máximo en menos de una semana, pero Teresa Ribera no hará nada para evitarlo… como sí hizo en septiembre de 2018, tres meses después de ser nombrada ministra en el primer Gobierno Sánchez (sólo del PSOE), como informa ABC. Y es que el próximo miércoles, el precio subirá a 89,94 euros por megavatio hora, tras los descensos del fin de semana y el récord del pasado viernes (94,99 euros) por la ola de frío que ha provocado la borrasca Filomena.
Hace unos días, en declaraciones a El País, la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica se limitó a pedir que no se haga “alarmismo” con el precio de la luz porque el recibo “solo subirá unos cuantos euros”, pero según algunos expertos podría suponer un incremento de entre 15 y 17 euros por hogar. Algo que no es apto para todos los bolsillos y menos con la crisis económica que estamos viviendo.
Y cuidado, porque esto recuerda a las palabras de Fernando Simón sobre el coronavirus a finales de febrero (solo iban a ser uno o dos casos) y a su previsión sobre el impacto de la cepa británica (“marginal”) que ha hecho saltar todas las alarmas. Además, Ribera defendió el funcionamiento del sistema y se mostró contraria a que haya una empresa pública de electricidad, como pedía Unidas Podemos.
Eso sí, la vicepresidenta cuarta parece haber olvidado lo que hizo en septiembre de 2018, cuando la luz estaba en 76 euros: suspendió el impuesto del 7% a la generación eléctrica para que bajara la factura. Ahora no hace nada, a pesar de que la luz llegó al récord de 94,99 euros el pasado viernes y de que el próximo miércoles estará en 89,94. Una postura igual de criticable que la de algunos miembros podemitas del Gobierno: cuando estaban en la oposición, Pablo Iglesias e Irene Montero anunciaban que bajarían la factura de la luz, pero ahora callan.