- Janli Cebrián sigue al frente de PRISA aunque su capacidad como gestor no da ni para una panadería.
- En el aspecto societario, el jaleo es notable: Amber Capital y César Alierta van detrás de su cabeza.
- Pero el Gobierno, concretamente la vicepresidenta Soraya, interviene para salvar a Janli: ordena a Telefónica que no venda su 14%.
- PRISA regresa a los beneficios, pero sólo se salva Santillana, el resto del grupo es un lastre.
- Radio y prensa pierden ingresos, destacando la terrible sangría de lectores de El País.
- 5,8 millones de euros gastados en indemnizaciones a ejecutivos. Cada vez que despiden a alguien es como si le tocase la lotería.
- Y la deuda financiera vuelve a crecer ( 3,8%), situándose en 1.543,3 M€, y sin que se generen flujos de efectivo positivos.
Comenzaré pidiendo perdón por anticipado, perdón a los lectores por ser tan pesado con mis repeticiones cada vez que la finca privada, perdón la sociedad que dirige (es un eufemismo)
Juan Luis Cebrián (
en la imagen) continúa con sus
desmanes y se mantiene como una
jaula de grillos societaria. Y ya financieramente hablando, tras conocer sus
resultados del primer semestre, me parece que aún conserva una
impunidad total y que nadie en este país parece tener un mínimo de valor o voluntad para poder solucionarlo.
En el aspecto societario, el jaleo es más que notable. Algunos accionistas como
Amber Capital continúan cuestionando su gestión y van detrás de su cabeza. También
César Alierta (¿Es lo mismo que Amber Capital?), que después de su salida de
Telefónica le persigue y busca alianzas para conseguir su cabeza. Telefónica de momento no está por la labor de deshacerse de su 14% en la compañía, pero las políticas anunciadas por
Pallete van encaminadas a no mantener participaciones en sociedades no relacionadas con el negocio bancario y ha reclasificado su participación en PRISA como disponible para la venta. Pero ahora resulta que el mismísimo
Gobierno, concretamente
la vice Soraya, ha intercedido para mantener a Cebrián al frente de la compañía. Esto debía inquietarnos más imaginando lo que este señor tiene que callar.
En el
aspecto financiero, a mí no me valen para nada los titulares grandilocuentes que anuncian casi con luces de neón que
PRISA regresa a los
beneficios (afortunadamente cada vez son menos). Me explico por partes,
13,9 millones de euros (M€) de resultado neto, que en el ejercicio anterior eran -10,5M€, en un contexto de recuperación económica, con un negocio como
Santillana que es el "palo del pajar" del grupo, que ha crecido en un año un 17,3% en su facturación, un 51,3% en su Ebtida y ha pasado del 12,6% a 20,9% en su margen, es casi ridículo, porque no se tiene en cuenta que
el resto del grupo, del cual ya cada vez queda menos, es un lastre.
La
radio, en un contexto de crecimiento en los ingresos por publicidad, pierde un 0,7% de facturación. En
prensa, los ingresos bajan un 10,6% y su principal cabecera
El País continúa languideciendo con una
terrible sangría de lectores (en el último año perdió un 12,8%).
Media Capital, que se nos presenta en la información con el cartel de "Vendida" al grupo francés
Altice por 440M€ y que para el próximo trimestre, si los reguladores portugueses dan su aprobación y algunos acreedores financieros de PRISA dan su plácet,
producirá una pérdida de la cuenta de resultados de 81M€ en el balance individual, después de que en este semestre haya continuado aportando pérdidas al consolidado. Por cierto, además de las pérdidas de las diferentes divisiones de PRISA, si yo fuera accionista estaría echando humo por los
5,8M€ que se han gastado en indemnizaciones a ejecutivos. Cada vez que despiden a alguien es como si le tocase la lotería.
No me extraña en absoluto
el escueto hecho relevante de mayo en el que la compañía anunciaba el rechazo de la oferta vinculante hecha por Santillana. Al final significa para Cebrián el único asidero para mantenerse un tiempo más viviendo de PRISA. ¿Qué sentido tendría la compañía sin
Santillana y cuanto quedaría después de pagar a todos los acreedores y accionistas?
Porque esta es otra,
la deuda financiera ha vuelto a crecer un 3,8% y se sitúa en 1.543,3M€ y la compañía sigue sin generar flujos de efectivo positivos. Para acabar de rematar la situación, en diciembre de 2018 vencen 956,5M€ de uno de los tramos de la deuda ya reestructurada y las soluciones para atender el pago son las de siempre: venta de activos ¿cuáles?, ampliación de capital ¿queda alguien a quien engañar? o compraventas de deuda con descuento (sin ser un lince va a ser esta última opción).
Me imagino que si llega a buen término la venta de Media Capital, habrá bofetadas por cobrar antes de que esto se acabe de hundir.
Pues ya no me queda espacio para comentar otra de las cuestiones recurrentes que no es otra que la
situación patrimonial. Y es que en causa de disolución, ¿soluciones?, las de siempre: emisión de bonos necesariamente convertibles con lo que cambian deuda por capital, las mismas que para cancelar la deuda y una que aparece por primera vez, la reducción de capital. Lo dicho, son
los reyes del trile y no van a cambiar.
El informe de gestión de este trimestre es para enmarcar, a los que aún se atreven a comprar acciones les recomiendo su detallada lectura, seguro que se les quitarán las ganas.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com