- Se presentó ante el juez vestido como un 'hasidim', de negro y con sombrero, y con falda, para resultar más estrafalario.
- El 'artista' asegura que no pretendía una ofensa directa. Nos quedamos sin saber cómo es una ofensa indirecta.
- Y afirma que no quería provocar… Al parecer, ha fracasado en su intento.
- Corremos el riesgo de que la blasfemia se convierta en "libertad creativa".
En la mañana de este jueves,
Abel Azcona (
en la imagen) ha declarado ante el juez titular del Juzgado de Instrucción nº2 de Pamplona por la exposición en la que profanó formas consagradas. Pero el 'artista' parece que no está satisfecho con aquel hecho desdeñable, pues ha convertido su juicio por
blasfemia en un
circo.
En concreto, se ha pres
entado ante el juez Fermín Otamendi vestido como si fuera un 'hasidim' (judío ultraortodoxo), todo vestido de negro y con sombrero. Sin embargo, no ha dudado en sorprender a los presentes llevando también una falda negra para ser más estrafalario.
Vestido de esta guisa, el 'artista' ha asegurado que su intención no era "la
ofensa directa". Por tanto, nos quedamos sin saber cuál era la indirecta. Además, por si esto fuera poco ha insistido en que incluir en la muestra formas consagradas "era parte del proceso performativo y artístico".
Y ha afirmado que no quería
provocar… Pues, ¡menos mal porque si llega a querer hacerlo…! Claro que al final, no hay dudas de que ha fracasado en su intento y debería de mirar detenidamente en el diccionario de la RAE cuál es el significado de la palabra provocar y también de la palabra respeto.
Dentro de la sala, el 'artista' sólo ha respondido a las preguntas del juez. Ha actuado según lo previsto en este tipo de procedimientos penales, según el abogado de la acusación perteneciente a la
asociación Abogados Cristianos, José Núñez Centaño.
A la salida del juzgado, Azcona ha comentado a los medios que "todo ha ido bien" y que "el proceso ha sido normal y lógico". Y con cierta chulería se ha atrevido a decir que por lógica su caso "no tiene mucho más recorrido" y sería "lógico que se archivara".
El 'artista' ha contado con unos cuantos palmeros en la entrada al juzgado, pues una decena de personas se han concentrado con carteles en los que se podía leer: 'Adierazpen askatasuna, libertad de expresión'. Y entre ellos, estaba la concejal de Cultura de Pamplona,
Maider Beloki,
también investigada por la exposición blasfema.
Pero ante todo este asunto de la profanación corremos el riesgo de que la blasfemia se convierta en libertad creativa. ¿Lo hará la nueva ley de libertad religiosa incluida en el acuerdo PSOE-Ciudadanos? Veremos…
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com