Prosegur Cash mejora su beneficio un 3,4% en el primer trimestre, hasta 62 millones, pero los resultados están marcados por una doble realidad. El 70% del negocio lo tiene en Hispanoamérica, la misma región donde se ha concentrado el impacto de la fortaleza del euro frente a las divisas locales.
Dicho de otro modo, la apuesta de Helena Revoredo, la presidenta del grupo, echó el resto con la salida bolsa de su mejor filial, pero se expone ahora a una concentración geográfica excesiva, cuyo efecto en Ebitda es un recorte del 6,2%, hasta 105 millones. Hispanoamérica ha facturado 314 de los 450 millones, pero suponen, por el efecto divisa, un recorte del 10% en los ingresos.
Es la situación contraria que en Europa, que representa un 26% de las ventas, pero los ingresos crecen un 4% (116 millones). En 2017 abrió base en el este de Francia, donde espera crecer hacia el norte y oeste. El resto de la ventas (20 millones) proceden de Asia, Oceanía y África (AOA), donde cae un 27%.
Con el cruce de esas realidades geográfica, la caída de ventas queda en el 7,6%, aunque el crecimiento orgánico en la región americana, del 14,1%, contrasta con el escuálido 0,1% en caso europeo.
Prosegur Cash destaca, por el contrario, el aumento de las ventas (10,5%) de nuevos servicios, en 47 millones. En Iberoamérica, en concreto, avanza un 15% (28 millones); en Europa, un 38% y en AOA, un 27%.
El flujo de caja mejora de 77% al 82% tras haber generado 47 millones de euros, un contrapunto tras la depreciación de las divisas en las que opera. Finalmente, la deuda financiera neta sigue prácticamente igual: 429 millones frente a los 431 de final de 2017.