- Fuertes enfrentamientos están teniendo lugar en el barrio capitalino de Al-Qabun, después de que el Ejército sirio lograra el viernes frustrar una ofensiva de los terroristas desde el barrio de Yobar.
- Oposición siria: "No podemos aceptar ningún papel de Al Asad o de sus afines de su régimen. Ni en el comienzo de un periodo de transición ni en el futuro".
- Y mientras, los kurdos quieren Raqqa, capital del «califato», para cuando acabe la guerra.
¿Qué está pasando últimamente en Siria? Que sigue la sangrienta guerra entre el régimen de
Bachar al Assad y los rebeldes yihadistas.
Lo último es que el
Ejército de Siria continúa sus operaciones para asegurar la parte este de la capital,
Damasco, informa
Hispan TV.
Dos días después de haber frustrado la ofensiva terrorista para romper el asedio impuesto en el barrio de
Al-Qabun (Damasco), el Ejército sirio ha reanudado sus operativos contra los focos de las organizaciones terroristas en el noreste de la capital y
ha abortado los intentos de infiltración de elementos del Fath al-Sham (antiguo Frente Al-Nusra) y la Brigada de Al-Raham, desde Guta Oriental hacia la estación de autobuses y la compañía de recursos hidráulicos desde la localidad de Erbin.
Pero la
oposición siria sigue a lo suyo y acaba de reiterar que no aceptará "ningún papel" del presidente
Bachar al Asad y de su régimen en un eventual periodo de transición política ni en el futuro de Siria, recoge
El Economista.
"No podemos aceptar ningún papel de Al Asad o de sus afines de su régimen. Ni en el comienzo de un periodo de transición ni en el futuro",
señaló el jefe negociador de la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN),
Naser Hariri, tras haberse reunido en la ONU con el mediador adjunto de Naciones Unidas,
Ramzy Ezzeldin Ramzy.
La oposición exige que cualquier solución a la guerra conlleve la "renuncia del poder" de
Al Asad y sus equipos "opresivos", como "introducción a una transición y la rendición de cuentas" del régimen ante la justicia.
También se mueven las
fuerzas kurdo-sirias, que luchan al mismo tiempo contra el régimen de Al Assad y contra Daesh. Ayer lunes anunciaron su intención de que la emblemática ciudad de Raqqa -hoy capital del «califato yihadista»- forme en el futuro parte de su territorio autónomo. Así lo afirmó el colíder de los milicianos kurdos, Salé Muslim, según informó Reuters.
Gracias a la ayuda militar de Estados Unidos, Raqqa está en estos momentos rodeada por los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (una pantalla de los rebeldes de la milicia PYD junto a algunas milicias árabes), que se disponen a lanzar la gran ofensiva a comienzos de abril.
Los kurdos quieren tomar Raqqa antes de que lleguen las fuerzas de Damasco y los rebeldes apoyados por Turquía, que también ansían el mismo botín y avanzan por otras direcciones.
El juego político-militar abierto en Raqqa implica de lleno a la
Administración Trump. El presidente norteamericano promete por un lado que se mantendrá al margen de los conflictos armados en Oriente Próximo, y por otro asevera que va a «pulverizar» a Daesh.
En Irak lo hace a través de su apoyo militar al régimen pro-chií de Bagdad
en la batalla de Mosul; y en Siria canaliza su ofensiva a través de los kurdos, la etnia más determinada a conquistar el norte para establecer su futuro Estado.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com