Y encima era una chaqueta de la marca española Zara… La primera dama norteamericana, Melania de Trump, decidió contradecir a su marido Donald pero también a los medios informativos que le atacan. Lo primero porque se fue a Texas, a visitar un centro de acogida de niños separados de sus padres. Lo segundo porque llevaba impresa la siguiente leyenda: “La verdad es que no me importa. ¿Y a ti?"
Según la prensa progre, siempre políticamente correcta, Melania armó el follón porque pensaban que se refería a que lo que no le importaban eran los niños. A ver, queridos progres: ¿en las actuales circunstancias, visita un centro de acogida con una leyenda que dice que no le importan los acogidos? Es evidente que se refería a otra cosa y su esposo lo aclaró, más tarde, a los medios de comunicación que mentían y que se han lanzado contra él en un campaña que no se recuerda con ningún otro presidente norteamericano.
Melania Trump se opone a su marido y a los medios: “La verdad es que no me importa, ¿Y a ti?
Pero lo que importa es quién manda en el mundo, en este siglo XXI. ¿Manda la opinión pública, como decía Ortega, mandan los políticos, mandan los medios o manda lo políticamente correcto? Sin duda, esto último.
Hemos pasado de la era de la conspiración a la era del consenso. Ejemplo: La Manada queda en libertad provisional. Además de que se ha necesitado la aquiescencia de una mujer, sorprende la facilidad con que las redes sociales han organizado manifestaciones en horas, tras conocerse el fallo.
La Manada: de la conspiración al consenso, las redes sociales convocan manifestaciones feministas… en una decisión propiciada por una mujer
Otro fenómeno para analizar: el del ministro italiano Mateo Salvini, ministro antimigración y bastante bocazas. Los medios informativos le crucifican, las redes también, pero las encuestas dicen que es popular entre los italianos, quizás porque habla muy claro y la gente se ha cansado de tanto lenguaje oscuro e indescifrable.
En definitiva, ¿quién manda en el mundo? ¿Quién puede más, los políticos o la prensa, la justicia española o las redes, los titulares o las encuestas?
Pues lo que está claro es que manda lo políticamente correcto. Hemos pasado de la era de la conspiración a la era del consenso. En el siglo XX, líder era aquel que lanzaba un mensaje y conseguía seguidores; hoy, líder es el que anda atento a los mensajes lanzados en las redes sociales, donde todos somos especialistas en todo, pendiente de lo políticamente correcto y hace suyos estos mensajes y se pone a la cabeza de las manifestaciones, de las visibles y de las virtuales. Es un mundo más democrático y mucho más manipulable.
Y los periodistas arremeten contra Mateo Salvini pero su popularidad asciende entre los italianos
Mientras, la batalla es tremenda y múltiple: Trump, el hombre más poderoso del mundo, pelea contra la prensa y los medios le machacan; los medios informativos, institucionales, pelean contra las asamblearias redes sociales, Salvini pelea contra la llamada opinión pública europea pero los italianos le aplauden.
Y todo ello plantea preguntas duras: ¿la prensa representa al pueblo? ¿Las redes sociales representan a la mayoría? Y sobre todo, si hemos pasado de la era de la conspiración a la del consenso, ¿quién puñetas manda en el mundo?
Esperemos que no sea el Príncipe de este mundo. Es el único que puede y quiere liderar tan amorfo consenso, pero la cosa no deja de ser preocupante.