Las sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria (socimis) están al alza en España. Y es que su número ha pasado de 2 a 90 en seis años (en concreto, entre diciembre de 2013 y diciembre de 2019) y su capitalización bursátil ha pasado de 0,1 millones de euros a 27.000 millones, según el informe del servicio de estudios del Banco de España publicado este martes.
De esta forma, las socimis ya representan el 2% del PIB, casi el doble que en la eurozona (algo más del 1%). El organismo que preside Pablo Hernández de Cos ha advertido que en nuestro país hay elevada concentración de este tipo de sociedades, con unas pocas de gran tamaño y otro grupo de otras más pequeñas. De hecho, en capitalización bursátil, las cinco mayores suponían a finales de 2019 el 65% del valor bursátil total de las socimis y concentraban alrededor del 65% de los activos inmobiliarios del sector.
Este tipo de sociedades se aprobaron en España en 2009, pero desde entonces y hasta 2012 no se constituyó ninguna dado el impacto de la crisis inmobiliaria en el sector. Para cambiar esta tendencia, en 2012, se hizo un cambio normativo, que entre otras cosas, rebajó el requisito del capital social mínimo para su constitución de 15 millones de euros a 5 millones, y empezaron a experimentar un rápido crecimiento.
Las socimis han centrado sus inversiones en el segmento inmobiliario comercial, con una reducida exposición al residencial. Sin embargo, en los últimos años, han ganado peso en este último y se han convertido en claves para controlar los precios de la vivienda, según el Banco de España. A finales del año pasado, un 82% de la cartera de las socimis estaba estaba invertido en hoteles, oficinas, locales, centros comerciales y centros logísticos. En cambio, la inversión de estas sociedades en viviendas solo representaba el 11,2% de sus activos (esto es, 5.800 millones de euros), y sólo suponía el 0,1% del parque estimado de viviendas propiedad de las familias y alrededor del 1% del stock de viviendas principales en régimen de alquiler.