- Pero ese sería el ultimísimo recurso.
- Y de algo está seguro: hay muchos votantes españoles deseando que lo haga.
- De puertas adentro, Rajoy ha permitido que sus ministros se peguen entre sí durante toda la legislatura y ahora eso le pasa factura.
- En el Ejecutivo, todos contra todos. Ya no hay sorallos ni margallos. Todos se sienten maltratados por un presidente tancredista.
- Sólo la inefable María G. Pico insiste en conspirar: Soraya presidenta con el apoyo de Ciudadanos.
- Pero Rajoy sabe que su peor enemigo sigue siendo el PSOE.
- Rajoy ya no quiere hablar sólo de economía. Se ha convencido de que sus logros en la materia no le darán la reelección.
A
Mariano Rajoy (
en la imagen) le han dejado solo. En parte la culpa la tiene él. Ha dejado que sus ministros se peguen entre ellos durante toda lalegislatura y ahora tiene motivos para arrepentirse de ello: cada uno por su lado y todos tirando al monte. Todos se sienten agraviados por un presidente tancredista.
Ya no existen ni sorayos ni margallos, y todos temen perder las próximas elecciones mientras más de uno busca trabajo en el sector privado o en el público-internacional.
Sólo la inefable, e incansable,
María G. Pico, jefa de Gabinete de la vicepresidenta, aún tiene fuerzas para continuar conspirando a favor de su jefa: quiere un pacto entre
Sáenz de Santamaría y Albert Rivera, que catupulte a su vice como sucesora de Rajoy.
Pero lo cierto es que Rajoy está más preocupado por el PSOE que por la guerra civil en el PP. Necesita ganar al PSOE de
Pedro Sánchez con una diferencia amplia, que impida a nadie plantearse una alternativa, aun con el Frente popular al que Sánchez estaría dispuesto a acudir:
PSOE más IU más Podemos… y Ciudadanos, si fuera menester. Y por ahora, a Rajoy las encuestas sólo le dan…. ¡un segundo puesto!
Es más, por fin, don Mariano se ha convencido de que, con sólo exhibir sus éxitos, o casi éxitos económicos, no ganará las elecciones. Eso sí, no de principios, no de aborto, por ejemplo. El Nuevo Orden Mundial (NOM) no se lo permitiría.
Pero ahora sabe que tiene que hablar de más cosas: está muy preocupado, mucho, con Cataluña. Respecto a
Artur Mas, Rajoy espera a los resultados del 27-S pero, al mismo tiempo, está dispuesto a todo. Sí, a todo. Si Mas enloquece y pone la directa, con la Declaración de Independencia unilateral, el presidente dejará a un lado la Brigada Aranzadi y paralizará el autogobierno catalán. Incuso está dispuesto a meter al ejército en Cataluña. Si el asunto no se le desmanda, sabe que
así sí podría ganar la elecciones porque la catalanofobia crece en España y el hartazgo con Artur Mas y sus injuriosos aliados ha llegado a la isla de Hierro.
Pero una cosa está clara: las decisiones tendrá que tomarlas en perfecta soledad.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com