- Al presidente le encanta rodearse de mujeres que compiten entre sí.
- Por eso, mantiene a Soraya a tortas con Cospedal y a Cifuentes a tortas con las otras dos.
- Hoy ensalza a Fátima Báñez y mañana a Carmen Martínez de Castro.
- Mujeres que trabajan duro porque Mariano tira a perezoso y si le ponen delante teledeporte se olvida de Merkel y Putin y Trump.
- Y todas esas mujeres coinciden en algo con Putin: todas son un vacío moral.
- No inmorales, sino simplemente amorales frívolas.
Cristina Cifuentes (
en la imagen junto a Rajoy), presidenta de la Comunidad de Madrid y aspirante a la ministra, y luego a presidenta, está absolutamente
fuera de control y pelín enloquecida. Sus leyes sobre
violencia de género atacan, no ya la conciencia del PP democristiano, sino incluso algún que otro estómago. Y esto es grave.
Pero
Rajoy no ceja en el empeño de aupar a Cifuentes, aunque sea con la sencilla técnica de
no censurarla jamás, a pesar de todas las burradas de doña Cristina, que cada vez le aleja más de su
electorado natural sin propiciarle una alternativa.
Rajoy es un convenido del muy machista argumento de que las
mujeres compiten entre sí, siempre contra mujeres, y dejan en paz al indiscutido líder.
Sin dejar de alimentar el combate entre
Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, ahora, también para terminar de orillar a
Esperanza Aguirre, lanza Cristina Cifuentes, a quien considera una chiflada pero que le sirve para sus propósitos.
Cuando le dicen a Rajoy que esas tres mujeres, en especial
Soraya y Cifuentes, pretenden sustituirle se sonríe. Considera que eso es imposible y, además, les tiene entretenidas pegándose entre ellas.
Porque, además, todas ellas o trabajan duro y/o se mueven mucho (este segundo caso es el de
Cifuentes). Ahora,
Rajoy se ha empeñado en lanzar a la titular de Trabajo, Fátima Báñez, para cabreo de la vicepresidenta y a
Carmen Martínez de Castro, que se ha librado de la bota de Soraya. Y
Cospedal y Soraya luchan por el control de la inteligencia militar CNI) y por el
Duopolio de TV.
Además,
Rajoy es un vago. O sea, un hombre de ritmo lento. Lo que más le gusta es retirarse a ver su canal de TV favorito:
Teledeporte. Le viene bien estar rodeado de féminas hacendosas.
Y otro punto en el que coinciden él y ellas: ambos constituyen un
vacío moral, como todo el Partido Popular. Les hablas de cualquier referencia moral en su quehacer político y te miran como a un bicho raro.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com