- Con el apoyo de Félix Sanz Roldán, director del CNI.
- Caracoles predica la idea de que Rivera aceptará gobernar con el PP, pero no con Rajoy: sólo con la vicepresidenta.
- Y es que el problema de Ciudadanos es simple: para no desaparecer, necesita entrar en el Gobierno.
- Y necesita hacerlo con el PP. Sus votantes no le permitirán que entronizara a Podemos-PSOE.
- Y encima surgen los salvadores de la patria: se revive la operación Armada.
Decíamos ayer, que el antimarianismo cunde, no sólo entre la oposición, sino en el mismo Partido Popular, calle Génova incluida. Y en vísperas de elecciones. Al menos dos ministros quieren aprovecharse de la situación: Soraya Sáenz de Santamaría y José Manuel García Margallo. Y es que ambos saben, todo el mundo sabe en el PP, que para Albert Rivera la única manera de no difuminarse consiste en ser el vicepresidente de un Gobierno liderado por un miembro del PP… que no sea Rajoy. Así, don Albert podrá presumir de haber regenerado la política española y, de paso, de que gobierna con el PP. No olvidemos que sus votantes son de derechas, y no le permitirán que utilice sus votos para otorgarle el poder a Podemos. E incluso muchos de sus votantes mantienen idénticas reticencias a que su voto sirva para que gobierne Pedro Sánchez. Total, que Mariano Rajoy, que nunca se ha fiado de su segunda, Soraya Sáenz de Santamaría, la tiene ahora bajo atenta observación. El gallego sigue el principio de que cuanto más cerca del peligro más lejos del daño. Además, en este momento la necesita y estamos en campaña: tres razones para no cesarla. Pero la inefable Caracoles (su jefa de Gabinete, María González Pico) (ambas en la imagen) va por libre. O no tan por libre. Junto a "miau-miau', como se conoce al director del CNI, general Félix Sanz Roldán, intenta el binomio Soraya-Rivera, la una como primera mujer presidenta en la Historia de España, el segundo como su número dos. Renovación, regeneración, juvenalitis: todo a un tiempo. Por eso no puede ser Margallo, porque anda por los 71 años frente a los 45 de Soraya, mucho más moderna. La traición interna preocupa a Rajoy más que el enfrentamiento externo, incluido el debate de hoy. Sabe que Podemos es su alternativa y confía en que se quede como segunda fuerza. Sabe, incluso, que muchos socialistas le insisten a Sánchez que no puede ser el caballo de Troya de los comunistas de Podemos, que tiene, en suma, que propiciar un gobierno presidido por el PP en el caos de hundimiento electoral del PSOE. Todo eso lo sabe Mariano Rajoy. Lo que no sabe es cómo parar a su segunda. Porque, encima, en el entretanto, están surgiendo salvadores de la patria. Ya saben, no podemos ir a unas terceras elecciones, pero yo, que no pertenezco a partido alguno, estoy dispuesto a sacrificarme por la patria y asumir la Presidencia de un gobierno de transición que salvaguarde la unidad de España. Por ejemplo, el propio general Félix Sanz Roldán, a quien no disgustará repetir la Operación Armada (sí, la del general Armada, durante la larga noche del 23-F). Pero, por el momento, estamos, sólo eso, en que Sanz Roldán aspira renovar, por tercera vez, en el cargo. Para ello, nada mejor que una vicepresidenta convertida en presidenta. Eulogio López eulogio@hispanidad.com