Los resultados del primer semestre presentados por Realia reflejan que el magnate mexicano Carlos Slim quiere seguir forrándose en España y sacar tajada de una compra que le salió barata. Y es que la inmobiliaria ha reducido un 95% su beneficio neto entre enero y junio, hasta 1,5 millones, lejos de los 32 millones de hace un año, por las provisiones (4,97 millones) y dotaciones (2,97 millones) que ha hecho para cubrir el eventual impacto de la crisis del coronavirus en el valor de los activos y en los ingresos por alquiler.
Al mercado lo le han gustado las cuentas, pues la cotización caía un 2% a tres horas y media del cierre de sesión, y el desplome del beneficio ha superado con creces el del primer trimestre (-22%). La inmobiliaria ha tenido unos ingresos de 47,2 millones (-2,6%) hasta junio, de los que 5,7 millones (+5,44%) procedieron del negocio de promoción y 40,5 millones (-3,3%) del arrendamiento de la cartera patrimonial, aunque el nuevo negocio de alquiler de viviendas aún no tiene impacto en la cuenta de resultados porque empezó el pasado junio.
Realia ha logrado un incremento del Ebitda, que ha ascendido a 25,5 millones (+1,8%), por el recorte de costes operativos y gastos generales. Por su parte, la deuda financiera neta se ha reducido ligeramente un 1,4%, hasta 513 millones, tras lograr refinanciar el crédito sindicado de su rama patrimonial el pasado abril y extender su vencimiento a 2025.