Red Eléctrica Corporación (REE) gana 520,7 millones hasta septiembre un 5,1% más. Son resultados sin sorpresas de una infraestructura básica del Estado, que depende de los ingresos regulados, aunque colonizada en el capital por fondos de inversión a la espera de un dividendo, que crece un 7% sobre el de 2017, sin riesgos.
El suspense se traslada, sin embargo, como señalan los analistas de Bankinter, “a la revisión del retorno financiero sobre los activos regulados de cara al próximo periodo regulatorio” (2020-2026). Puede suponer, dicho sea, una mordida importante de los ingresos y del beneficio. Toca maniobrar a Jordi Sevilla (en la imagen) tras el relevo de José Folgado. La retribución actual para el trasporte y distribución está ahora en el 6,5%, pero la CNMC propone reducirla al 5,47%.
REE, de momento, se consuela con una mejora de eficiencia por el recorte de costes operativos (-2,2%), pero tiene una deuda 4.865,4 millones
Los ingresos, de 1.470,2 millones, apenas se mueven (+0,3%). Son mejores en España, gracias al aumento de retribuciones por las nuevas instalaciones del sistema energético (49,4 millones), y peores en el exterior, por el efecto divisa.
La actividad internacional de REE alcanza los 15,2 millones con una nueva línea en operación en Perú (Azángaro-Juliaca-Puno) y en telecos suma 67 millones. Consolida ya el resultado de la participada chilena TEN (50%), que le aporta 6,1 millones al resultado.
El Ebitda crece un 1%, hasta 1.147,4 millones, debido en parte al recorte de costes operativos: de aprovisionamientos y otros gastos (-2,2%) y el financiero de la deuda (del 2,8 al 2,42%), en 4.865,4 millones. 73 menos que en el cierre de 2017. Los gastos de personal crecen un 2,3%, por el aumento del coste salarial medio (2,1%) y el aumento de la plantilla (0,7%), ahora en 1.799 personas.
En el periodo ha invertido 404,1 millones, 257,9 para el desarrollo de la red de transporte nacional (+13,6%) y 101,2 en la compra de la chilena Centinela Transmisión.