Según el abogado general del Tribunal de Justicia de la UE, el español Manuel Campos Sánchez Bordona, el Gobierno británico podría dar marcha atrás de forma unilateral a la activación del artículo 50 del Tratado, que regula la salida de un Estado miembro de la UE, sin necesidad del visto bueno del resto de Estados miembros. “Dicha posibilidad persiste hasta el momento en el que se concluya formalmente el acuerdo de retirada”, señala en un dictamen publicado este martes, recoge El Periódico.
La opinión, que no es vinculante aunque en el 80% de los casos los jueces siguen la recomendación, ha llegado en un tiempo récord, apenas una semana después de la vista celebrada el pasado martes en Luxemburgo y a una semana de que el Parlamento británico se pronuncie, el próximo 11 de diciembre, sobre el acuerdo de divorcio refrendado por los líderes de la UE y que ha generado una enorme oposición al otro lado del Canal de la Mancha. Dado que la corte ha decidido tramitar el asunto por la vía de urgencia la sentencia se conocerá previsiblemente en las próximas semanas.
El Gobierno británico, a través de su abogado Richard Keen, insistió la semana pasada en la inadmisibilidad del caso, dado el carácter hipotético y meramente teórico
El caso responde a una serie de preguntas prejudiciales planteadas por el Tribunal Superior de Justicia de Escocia, en el marco de la batalla abierta por un grupo de activistas y diputados contrarios a la salida de Reino Unido de la UE el próximo 29 de marzo de 2019. Concretamente, su objetivo es aclarar si el artículo 50, que regula la salida y fija un plazo de dos años para negociar las condiciones de la retirada, puede revocarse unilateralmente y de esa forma paralizar un proceso que consideran un desastre.
El Gobierno británico, a través de su abogado Richard Keen, insistió la semana pasada en la inadmisibilidad del caso, dado el carácter hipotético y meramente teórico, al no haber indicios de que el Gobierno o la Cámara de los comunes van a dar marcha atrás en la retirada. El abogado general ha rechazado este martes estas alegaciones porque considera que “el litigio es real, la pregunta no es meramente académica, ni prematura, ni superflua, sino que tiene importancia práctica evidente y es necesaria para dirimir dicho litigio” aunque será el pleno del Tribunal de Justicia quien deberá realizar “un esfuerzo hermenéutico considerable” para aclarar si el artículo permite o no una vía de escape unilateral.
De momento el abogado general da la razón a los llamados ‘remainers’ –partidarios de quedarse en la UE– y rechaza los argumentos del Consejo, la Comisión y Londres. Según el letrado, “el artículo 50 del Tratado admite la revocación unilateral de la notificación de la intención de retirarse de la Unión, hasta el momento en el que se concluya el acuerdo de retirada, siempre que la revocación se haya decidido de conformidad con las normas constitucionales del Estado miembro, se comunique de manera formal al Consejo Europeo y no suponga una práctica abusiva”.
El artículo 50 del Tratado admite la revocación unilateral de la notificación de la intención de retirarse de la Unión, hasta el momento en el que se concluya el acuerdo de retirada
Es decir, “es posible una revocación de mutuo acuerdo entre el Estado saliente que cambia de criterio y las instituciones de la Unión que negocian con él su retirada” y “condicionar la posibilidad de renovación a la adopción de una decisión unánime del Consejo Europeo sería incompatible con el artículo 50 del Tratado”. Lo que omite el informe es que si solicita el reingreso, Theresa May se estaría enfrentando nada menos que a un referédum. ¿Entonces?
El dictamen supone un varapalo para las instituciones europeas, cuyos abogados defendieron durante la pasada vista que una revocación requería de una decisión unánime porque, de lo contrario, se crearía un precedente peligroso, y también para la línea de flotación de los partidarios de salir de la UE que ya advirtieron al tribunal de las consecuencias que tendría abrir dar munición política y abrir esta “caja de pandora” justo antes del trascendental voto en Westminster, con cada vez más diputados defendiendo la renegociación del acuerdo, como el líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, o la permanencia en la UE como el Partido Nacionalista Escocés.