Desde Renault llegan noticias que ahondan en el mensaje de cierta tranquilidad para las cuatro plantas de España tras el plan de ayudas de Emmanuel Macron, pues no reducirá capacidad productiva. “No existe necesidad de reducir la producción en España en estos momentos”, ha señalado la CEO, Clotilde Delbos, en rueda de prensa. Sin embargo, el recorte mundial de empleos (-15.000, 8% de la plantilla) sí podría afectar a nuestro país, porque 4.600 se harán en Francia y 10.400 en el resto del mundo, pero aún no se conoce el desglose.
Una de cal y otra de arena, pero que da cierta calma: no se espera algo tan brusco como el cierre de las plantas de Nissan en Barcelona, que ya tenía una situación muy delicada desde hace años y a la que la crisis del coronavirus ha dado la puntilla porque ha precipitado las decisiones desde Japón. En España, Renault emplea a un total de 11.000 personas y cuenta con cuatro plantas: fabrica coches en las plantas de Valladolid y Palencia, motores en otra de Valladolid y cajas de cambio en Sevilla. Y por cierto, ha habido otra alegría: Delbos ha descartado que la producción del Kadjar se vaya a trasladar a Reino Unido, como se había rumoreado, y ha subrayado que esta opción nunca ha estado encima de la mesa.
Recortará un 20% su capacidad de producción mundial (sin afectar a España), pasando de 4 millones de vehículos a 3,3 millones en 2024
El grupo automovilístico francés ha presentado un plan de reducción de costes de más de 2.000 millones de euros en tres años, algo que estaba previsto antes de la crisis del coronavirus, y que se suma a la reciente reorganización de la Alianza Renault-Nissan-Mitusbishi para aprovechar las fortalezas de cada marca. Estima mejorar la eficiencia y reducir el coste en ingeniería en 800 millones; optimizar los medios industriales en 650 millones apostando por la industria 4.0 y la digitalización, y optimizar los gastos generales y de marketing en 700 millones.
Por todo ello, recortará un 20% su capacidad de producción mundial (sin afectar a España), pasando de 4 millones de vehículos a 3,3 millones en 2024; no aumentará la capacidad en Marruecos y Rumanía, y hará un ajuste en Rusia. Asimismo, transferirá la participación en Dongfeng Renault Automotive Company (DRAC) a la china Dongfeng Motor Corporation y cesa las actividades de vehículos particulares en dicho país (donde ahora irá de la mano de Nissan).
La reducción también afectará a las plantas de Francia, pero en principio, sin los cierres que se había rumoreado. El grupo pretende centrar el desarrollo de tecnologías estratégicas de alto valor añadido en los centros de ingeniería de Ile-de-France. También quiere transformar Douai y Maubeuge en un centro de excelencia para vehículos comerciales eléctricos y ligeros, y reconvertir Dieppe tras el fin de producción del Alpine A110. En Flins, creará un ecosistema de economía circular, incluida la transferencia de actividades de Choisy-le-Roi y hará una revisión estratégica de la fundición de Bretaña.
Un plan de reducción de costes que estaba previsto desde hace tiempo, pero no hay que olvidar que el 1 de julio llegará Luca de Meo a la silla de CEO. Su primera tarea será elaborar el plan a medio plazo del grupo.