2019 ha sido un año movido para Renault, pues a la crisis corporativa que provocó el ‘caso Ghosn’ (que aún colea), se unió la de números que obligó a recortar previsiones, el cese del CEO (Thierry Bolloré) y las tensiones en la alianza que mantiene con Nissan y Mitsubishi. Sin embargo, el grupo automovilístico francés ha logrado que sus ventas cayeran menos que el mercado y ganar a su compatriota, el también francés PSA.
En concreto, ha vendido 3,75 millones de coches, un 3,4% menos frente a un mercado que ha caído un 4,8%. Su descenso se debe a las caídas en Argentina, Turquía, China y al efecto de no estar en Irán (lo abandonó, como otros grupos, en mayo de 2018 por las sanciones de EEUU). Mientras, en Europa ha subido sus ventas (+1,3%), hasta 1,94 millones de vehículos, de los que 698.723 correspondieron a Francia; y ha reforzado su sólido liderazgo en Rusia (gracias al fabricante Avtovaz, conocido por su famosa marca Lada), donde tiene una cuota de mercado del 29%.
Y por cierto, estas cifras llegan cuando se afirma que el italiano Luca de Meo, que ha dejado la presidencia de Seat, y casi seguro será elegido CEO de Renault, donde empezó su trayectoria en la industria del automóvil hace 25 años. Así, acabaría el mando interino que ahora tiene Clotilde Delbos.