Renfe ha elevado sus pérdidas a 183 millones de euros en los cinco primeros meses del año… y no es culpa de la gestión de su presidente, Isaías Táboas, sino del confinamiento por el estado de alarma ante el coronavirus. Y es que el número de viajeros se ha despomado.
Por tanto, no se espera que el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, le cese, a pesar de que no le tiene simpatía porque Táboas es un hombre del PSC y tiene el respaldo de Miquel Iceta, con quien Ábalos tampoco se lleva bien. Además, el ministro debe tener en cuenta que la propia secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, presumía en muchísimas ruedas de prensa de que se había reducido el tráfico en Larga Distancia y Cercanías. Y ahora vemos los catastróficos resultados de esto.
La secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo, presumía en muchísimas ruedas de prensa de que se había reducido el tráfico en Larga Distancia y Cercanías. Y ahora vemos los catastróficos resultados
Táboas ha logrado que Renfe cerrara en beneficios los últimos dos años, aunque la cifra de 2019 (80 millones de euros) fue inferior a la del año anterior (111,4 millones), y ha aumentado la apuesta internacional con la adjudicación del AVE de Texas, en EEUU. Sin embargo, las consecuencias del coronavirus han dado un giro a la situación del gestor ferroviario: volvió a pérdidas en el primer trimestre, con 57 millones negativos, y ahora esta cifra aumenta hasta los 183 millones en los cinco primeros meses del año, según informa El Economista. Y es que ha perdido 102 millones de viajeros en dicho periodo respecto al mismo de 2019, transportando 117,59 millones, y no prevé recuperar los niveles precrisis antes de 2023.
Por tanto, parece que Renfe tendrá un año negro, a pesar del retraso de la liberalización del AVE y de que pagará cánones más bajos a Adif. Además, ha aparcado su proyecto de AVE low cost (AVLO) sine die.