- Los tres ministros ponen en marcha la 'maquinaria' para normalizar las relaciones comerciales con el régimen de los ayotolás.
- El 'enemigo' deja de serlo tras el acuerdo nuclear y el fin de las sanciones y "España -dice Margallo- puede ser su gran socio".
- El pragmatismo económico encuentra siempre oportunidades al margen de la realidad social o política.
- Las empresas españolas, más de 40, tienen en cuentan el potencial petrolero, la infraestructuras, el turismo…
- La Cámara de Comercio iraní se lo dice a la cara: "Necesitamos aviones, camiones, vagones y confiamos en España".
Irán cambia y España también. Son cosas de los imperativos estrictamente económicos en el flujo de inversiones, al margen de cualquier consideración moral o ideológica. Ahora toca darse prisa con un nuevo soplo en las relaciones con el régimen de los ayatolás, odiado hasta hace unos meses, pero que hoy presenta nuevas oportunidades tras el
acuerdo nuclear con EEUU y otros países y el fin de las
sanciones económicas.
Y el Gobierno español se ha dado esa prisa: ha enviado a tres ministros en señal de buena voluntad: el de Exteriores,
García Margallo; el de Industria,
José Manuel Soria, y
Ana Pastor, ministra de Fomento. Los tres (
en la imagen) se han reunido con sus homólogos y lo harán con el vicepresidente iraní, encargado de temas de turismo, el presidente,
Hassan Rouhani, o el presidente del Parlamento Islámico,
Ali Larijani.
No cambian las razones que explican que las empresas españolas estén también en las teocracias del
Golfo o en la
China comunista. Y Las oportunidades están ahora, cosas de la historia, en
Cuba -donde sigue la dictadura de los Castro- o Irán, la república islámica, chiíta, que se reparte con
Arabia Saudí, sunita, el liderazgo en la región.
En Irán, la
Cámara de Comercio, Industria y Minas ha organizado un acto empresarial en Teherán,
Spain Bussines Forum, con el que se pretende que España e Irán recuperen la relación económica y empresarial tras el nuevo escenario.
Ahora todo son parabienes, como decía. Para el jefe de la diplomacia española, Irán, "puede ser un gran socio para España en
Oriente Medio y España puede ser un gran socio para Irán en Hispanoamérica, en la Unión Europea y en el norte de África". ¡Qué cosas!
Y hay prisa, claro que hay prisa: "Tenemos mucho espacio y poco tiempo para recuperar esas relaciones y por eso estamos aquí", ha dicho Margallo refiriéndose a la capacidad de interlocución española en Nueva York o Bruselas.
Además de tres ministros, ha acudido al foro representantes de más de 40 empresas españolas. Por intereses energéticos,
Repsol,
Cepsa,
Gamesa o
Gas Natural. Por infraestructuras y otra cuestiones,
CAF,
Indra,
Ineco,
Hotusa,
Isolux,
Sacyr Paradores, o
Seat.
Los ministros Soria y Pastor han destacado la experiencia de las empresas españolas en los sectores en los que trabajan, el petrolero, las infraestructuras o el turístico.
No hay que olvidar Irán cuenta con la tercera mayor reserva de crudo del mundo y fue, hasta la imposición de las sanciones, uno los principales proveedores de petróleo a España. Del mismo modo, tiene, entre otros proyectos, a corto plazo, un tren de velocidad alta entre Teherán y Mashhad (900 kilómetros) o un nuevo metro en Teherán.
La ministra de Fomento ha anunciado este lunes que ya se han iniciado las negociaciones para conectar con vuelos directos Teherán, Madrid y Barcelona para pasajeros y carga.
Todo empieza a rodar, por tanto. Mientras Margallo ha insistido en el buen hacer de las empresas españolas, el presidente de la Cámara de Comercio iraní le ha contestado que necesitan "aviones, camiones, vagones, y sabemos que España puede tener un papel muy importante". Y en todo ello, ha terciado también el presidente de la patronal catala y vicepresidente de CEOE,
Joaquín Gay de Montellá, que ha animado a las empresas españolas a Irán porque es "la estabilidad en todo el área".
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com