EDP Renováveis y Repsol se han vestido de largo para presentar en Lisboa el lanzamiento de mayor parque eólico flotante del mundo en aguas portuguesas, el Windfloat Atlantic, con una inversión de 125 millones, aunque es la filial de la lusa EDP la que corre con la mayor parte (79,4% frente al 19,4% de la petrolera y el 1,3% de Principle Power).
Ahora bien, más allá de un acuerdo, el proyecto estrecha los lazos entre dos compañías en transición, la primera por la OPA de los chinos de Tres Gargantas, lo que le aboca a la venta de activos, sobre todo renovables, y la segunda, reconvertida también en eléctrica para competir con Iberdrola, Endesa y Naturgy (en España, tras la compra de Viesgo y activos fotovoltaicos, y ahora en Portugal).
El proyecto con EDP pone a Repsol en el otro lado de Iberdrola, Endesa y Naturgy
Las tres grandes eléctricas están pendientes del desenlace de la OPA china, mirada con recelo por Bruselas, aunque no la bloqueará. Eso, a pesar de las exigencias de Francia, Alemania e Italia en aras a una normativa europea que proteja a los sectores estratégicos. Eso sí, obligará a la a EDP a grandes desinversiones aunque lo que interesa a las españolas son los activos renovables su joya de la corona, la filial verde EDP Renováveis.
La capacidad del parque eólico, el primero de ese tipo, es de 25 megavatios, informa el comunicado, y utilizará las plataformas semisumergibles (en la imagen) situadas a 20 kilómetros de Viana do Castelo, próxima a Galicia, a una profundidad de 85-100 metros. Cuenta con financiación europea, a través del BEI (con un crédito de 60 millones), Bruselas aporta 29,9 millones, en el marco programa NER300 (apara apoyar el empleo, la tecnología y la transición energética) y el Gobierno luso, seis.