Repsol no quiere dejar de ser petrolera, su principal fuente de negocio en todos sus campos, pero también quiere ser la sexta eléctrica en España. Y a esa aspiración se unen los pasos en esa dirección con la compra de activos de generación que lo hagan posible.
El guión completo está escrito en el nuevo plan estratégico de Repsol, que presenta dentro de dos días (el miércoles, 6), al que se añade una cómoda posición de tesorería (tras la venta a CVC del 20% de Gas Natural Fenosa).
Repsol quiere seguir creciendo, pero no le vale cualquier activo. Excluye, en concreto, los segmentos regulados en los que el Gobierno marca un precio y también las fuentes portadoras de gases contaminantes. Dicho de otro modo: deja fuera de esos planes el carbón (las térmicas de carbón), pero no las plantas de ciclo combinado (gas).
Repsol excluye las térmicas de carbón: contaminan. Tampoco quiere nucleares
El presidente, Antonio Brufau, fue especialmente crítico con el carbón, durante la última Junta de Accionistas, cuando recordó que Europa tiene todavía un 35% de generación con carbón, al tiempo que hacía un llamamiento para reducir los gases de efecto invernadero.
Cargó, por ejemplo, contra el coche eléctrico, al que le faltan muchos retos tecnológicos que superar, como la disponibilidad de cobalto o la emisión de gases contaminantes por la fabricación de las baterías.
Del plan de inversiones en España quedan fuera también las centrales nucleares, en discusión pero por otra cuestión: la menor fiscalidad que piden las eléctricas con activos: Iberdrola, Endesa y Gas Natural.
Como ya informó Hispanidad, el plan estratégico, en paralelo a lo anterior, será una suma de muchas pequeñas inversiones, más pendiente de las oportunidades para seguir creciendo, en upstream -operaciones de exploración y desarrollo de las reservas de crudo y gas natural- y downstream (actividades de refino, trading y transporte de crudo y productos). No con base en grandes operaciones corporativas, pero sí para ser la sexta eléctrica española.