“La persona humana es sagrada e inviolable. Las fuerzas estatales tienen la obligación absoluta de respetarla y protegerla”. Es el primer artículo de la Constitución de la República Centroafricana, recordado por los obispos locales en un comunicado en el que piden a las autoridades que pongan fin a la violencia que viene desangrando al país desde 2012. El documento, enviado a Fides, se publicó al final de la sesión extraordinaria de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de República Centroafricana celebrada el 24 de noviembre.
Después de denunciar la violencia que afecta a Bangui, Bambari, Batangafo y Alindao, los obispos convocaron a “las autoridades políticas y administrativas, al cuerpo diplomático, a los representantes de las instituciones nacionales e internacionales, a los medios de comunicación y la población a una conferencia de prensa el 26 de noviembre en el Arzobispado de Bangui, para esclarecer la verdad sobre los crímenes inaceptables y odiosos perpetrados contra poblaciones civiles”.
La persona humana es sagrada e inviolable. Las fuerzas estatales tienen la obligación absoluta de respetarla y protegerla
Después de las últimas masacres, -en concreto la cometida en Alindao el 15 de noviembre, donde unos cincuenta civiles fueron asesinados por ex Seleka de las UPC (islamistas)-, los obispos piden a los fieles y hombres de buena voluntad “no festejar el 1 de diciembre (Día Nacional), como una señal de luto” mientras que el domingo 2 de diciembre se ha decretado en todas las diócesis una jornada de luto y oración en memoria de las víctimas. Las colectas de misas dominicales serán destinadas a los supervivientes de estos ataques.