• Las ventas están paralizadas y el beneficio se salva por la reducción de costes.
  • Pero ese es un camino con poco recorrido.
  • Nadie tiene claro cuando va a ser la especialización de la compañía.
  • Además, 2017 será el año en que el Gobierno decida el futuro de Indra.
No hay más que ver la cascada de resultados. La labor de Fernando Abril-Martorell (en la imagen) durante estos dos últimos años como presidente de Indra ha consistido en reducir costes. Con ello, en 2016 logró volver al beneficio, pero las ventas, los ingresos y la contratación continúan estancados. Un escándalo. Vamos que a un financiero como Abril-Martorell le cuesta menos recortar que ingresar. El problema es que ese camino tiene poco recorrido. Además su rumbo con la OPA sobre Tecnocom (que ha tenido récord en Ebitda y menor deuda en sus últimos resultados) no ha gustado en la SEPI, primer accionista, con un 20% del capital. Lo hizo en pleno interregno y ha hecho rico a terceros pero no será un revulsivo para la ingeniería especializada en información y en defensa. Y eso por no hablar de las sorpresas que hay ahora en el seno de Indra con el fichaje de la polémica Berta Barrero y la suspensión de empleo e investigación interna de Eduardo Bonet, como les hemos venido contando en Hispanidad. Por otra parte, 2017 va a ser el año en el que el Gobierno Rajoy ya reconstituido ponga orden en Indra. Mejor dicho: decida lo que va a hacer con Indra. Por cierto, al mercado le han encantado los resultados de Indra, a pesar de estar estancada. En concreto, las acciones han subido un 8,97%, aupándola como la mayor alza del Ibez 35, que ha cerrado con un descenso del 0,42%. Eulogio López eulogio@hispanidad.com