La cotización de Axa cae este viernes algo más de un 1% después de que el jueves por la tarde presentara los resultados anuales de 2019. Aunque no son malos del todo, tampoco son como para tirar cohetes, a pesar de registrar un beneficio de 3.857 millones de euros, un 75% más que en 2018. El crecimiento tiene truco, porque durante ese año, la aseguradora registró un impacto negativo de 3.000 millones de euros por la amortización de activos por la cesión de su filial Equitable Holdings, de EEUU.
En cualquier caso, no todo fue gracias a este extraordinario, ya que el resultado operativo aumentó un 2%, hasta los 6.451 millones de euros.
El negocio asegurador fue dispar. Mientras el ebitda de los seguros de daños creció un 12%, hasta los 3.341 millones, y los de salud un 5%, hasta los 699 millones, el resultado operativo de los seguros de vida cayó un 1%. Misma suerte corrieron los productos de ahorro como los planes de pensiones. Tampoco fue el año de la gestión de activos, cuyo ebtida cayó un 3% y no superó los 390 millones.
Entre los anuncios para este ejercicio, destaca la medida de reducir la exposición de la compañía a los riesgos de catástrofes naturales, lo que se traduce en un impacto negativo de 200 millones de euros.