De momento nos vamos a quedar con el impacto que produce en la cuenta de resultados el principal vehículo de inversión de la entidad, que no es otro que Corporación Financiera Alba (CFA) que, a partir de diciembre de 2018, pasa a consolidar por el método de la participación en lugar de por integración global, por la venta del 5% hecha a instancias del Regulador para dar un poco de claridad a las cuentas de la entidad. CFA, donde Banca March tiene una participación del 15,02%, obtuvo en el ejercicio 2017 unas plusvalías de 352,7 millones de euros (M€) antes de impuestos por la venta de un 7,52% de ACS. Así, el resultado atribuido del 2018 asciende a 105,2M€ frente a los 177,8M€ obtenidos en 2017. El crecimiento de las cifras de los márgenes, +8,3% el de intermediación, +3,3% el ordinario y +17,4% el de explotación, dan una idea clara de que sea cual sea su modelo de negocio, el banco marcha, y que la apuesta hecha está en proceso de validación, progresando adecuadamente.
Como ya vimos en las cuentas del tercer trimestre, el resto de ratios continúan en la misma línea de excelencia. Por ejemplo, la morosidad del 2,6% (en septiembre era del 2,89%) continúa alejándose aún más del 4,4% de la media del resto de la banca nacional.
El ratio de solvencia, evidentemente a causa del cambio registrado en la consolidación de CFA, se ha visto reducido del 20,97% de septiembre al 16,02% de diciembre, muy por delante del 10,8% del conjunto del sistema bancario en términos del capital CET1. La liquidez LRC vuelve a batir récord con un 293,6% que continúa siendo un dato excepcional en cuanto a numérico, pero justificado por el tipo de actividad de la entidad y que deberá probar su validez si apuesta más fuerte por el tipo de banca de financiación ya que, de momento, el número de clientes de banca corporativa creció un 10% y la inversión crediticia lo hizo en un 12%, con un incremento del beneficio antes de impuestos (BAI) de un 35% desde 2016.
La liquidez LRC vuelve a batir récord con un 293,6% que continúa siendo un dato excepcional en cuanto a numérico
En definitiva, estamos ante un banco con alta solvencia y baja morosidad. Ahora bien, para medir la rentabilidad aún habrá que esperar un poco más, ya que el cambio de modelo hacia un esquema de gestión de patrimonios aún no ha concluido. Es un esquema arriesgado, ciertamente, porque puedes ganar mucho, pero también puedes perder mucho. En cualquier caso, pocos dudan de que ahí está el futuro.
A la vista de los excelentes resultados obtenidos en un contexto en el que la mayor parte de las entidades financieras españolas están obteniendo unos resultados bastante discretos, queda por ver si la entidad balear es capaz de mantener el éxito que ha venido cosechando en su larga trayectoria.