Este viernes se han publicado los resultados financieros de 2020 del grupo Cajamar. A primera vista, la evolución del resultado del grupo desde 2019 a 2020 no es muy halagüeña. Cajamar ha registrado un resultado consolidado de 23,76 millones de euros. Es un buen dinero, quien lo pillara, pero no tanto si se compara con el resultado consolidado a cierre de 2019, en el que el grupo alcanzó los 92,245 millones de euros, es decir, una variación negativa del resultado entre períodos de 68,735 millones o, en términos porcentuales, del 74,3%.
No nos echemos las manos a la cabeza todavía, hagamos un análisis segregado de las principales partidas del resultado. Los ingresos por intereses únicamente han descendido en un 0,6% respecto a 2019, unos 4,144 millones de euros, pasando de ser de 704,293 millones de euros a 700,149 millones. Además, nos encontramos con una buena noticia: el margen de intereses ha superado un 3% la misma cifra del año anterior. Excelente gestión de los gastos por intereses por parte del grupo.
Si bien este dato parece esperanzador, a medida que vamos avanzando en la cuenta de resultados, no se vuelve a observar un margen de los que compone el resultado del grupo que aumente entre los mismos períodos. De hecho, a partir de este margen de intereses, el resto de los márgenes del grupo tienen una evolución negativa en 2020 respecto al 2019. El margen bruto ha descendido un 8,6% y aún mayor ha sido la diferencia en el margen de explotación que se ha reducido un 17,2%.
Como conclusión sobre los estados financieros de Cajamar en 2020 diremos que la gestión de sus ingresos no ha sido buena. No hay excusa, el Covid al final parece una buena vía de salida para algunas entidades financieras con el fin de salir del atolladero del mea culpa. Toca mejorar
A diferencia de lo que ha ocurrido de manera general en la evolución desde 2019 a 2020 del resto de las entidades financieras españolas, cuyo resultado venía afectado sobremanera por los deterioros de sus activos financieros por culpa del impacto de la pandemia, por ejemplo en el caso de Bankinter analizada días atrás, en el caso de Cajamar ya comienzan los problemas antes de reconocer provisiones y deterioros por el impacto de la pandemia, tal y como hemos visto.
Pasemos a analizar de manera breve la solvencia de Cajamar, a ver si nos trae menos sustos que el estudio de su cuenta de resultados. La principal ratio de solvencia, CET1 (Common Equity Tier 1) fully loaded se ha incrementado en 0,74%. También se ha observado una mejoría en la cifra de ratio de apalancamiento que ha sido del 5,41%, un 0,498% inferior a la del año anterior.
Cajamar ha descendido su ratio de morosidad si bien todavía es superior a la media del sector. Su ratio de mora en 2020 ha sido inferior a la del año anterior en un 1,3% pasando de un 6,07% a un 4,77%.
Finalmente, toca hablar un poco de la liquidez de Cajamar. El LCR del grupo en 2020 es de un 235,23%, un 22,90% superior a la cifra del año 2019. La ratio NSFR en el mismo período se sitúa en un 128,57%, un 4,54% superior a la cifra de 2019. Buena evolución de la liquidez del grupo entre períodos. Nos gusta.
Como conclusión sobre los estados financieros de Cajamar en 2020 diremos que la gestión de sus ingresos no ha sido buena. No hay excusa, el Covid al final parece una buena vía de salida para algunas entidades financieras con el fin de salir del atolladero del mea culpa. Toca mejorar.