- Ni aunque cambies intereses por comisiones.
- Durante el primer semestre, las comisiones han caído un 14,6%: ¡lo que cuesta fidelizar a los clientes!
- Pepe Sevilla promete que ganarán todos los pleitos sobre la OPV a los accionistas institucionales.
- Sin ir más lejos, a Iberdrola.
Leyendo el programa electoral de
Podemos no me extraña que el tejido empresarial tenga auténtico pavor a sus propuestas económicas. Crear una banca pública, intervenir el mercado o descontrolar el gasto público o político no son buenas ideas para crear un clima empresarial adecuado que permita el desarrollo de nuevos proyectos. Este tipo de medidas son terroríficas en manos de estos nuevos socialdemócratas que sólo nos pueden llevar a la ruina. Y encima nos dejarán sin plan de pensiones público por mucho que prometan subir los impuestos a la empresas del Ibex35.
Ciertamente todo ello resulta terrorífico, pero da que pensar que este tipo de medidas ya las ha adoptado un partido demócrata cristiano, conocido como
PP, valedor del liberalismo más suave, quien actualmente nos gobierna entre
funciones -las que hace todos los días en el Parlamento intentando formar gobierno con pactos sorprendentes-, que no en funciones. Aumentar los pagos a cuenta de las grandes entidades en cierta forma es un aumento de impuestos o dejar el fondo de reserva de las pensiones en cifras raquíticas no son más que la secuencia final del descontrol del gasto político en periodo electoral que está poniendo de los nervios a
Merkel y sus ganas sancionadoras.
Con la creación de la
Sareb se intervino el mercado de la construcción para los próximos quince años, regulando el precio vía control de la oferta y lo de nacionalizar bancos sólo puede ser una buena noticia si
Bankia, la gran Banca Pública actual, mantiene unos resultados positivos que permitan al Estado detraer recursos del sector privado en forma de comisiones bancarias o pseudoimpuestos, que posteriormente repartirá, sólo en parte, en forma de dividendos a los pobres accionistas. Todo un sistema de distribución de la riqueza de tintes bolivarianos. Pero estamos en España y estas medidas en ningún caso las puede adoptar un liberal, por descafeinado que sea.
Dicho lo cual
los datos de Bankia durante el primer semestre no están nada mal, en línea con el resto del sector público. Afectada por los
bajos tipos de interés y la evolución negativa del
Euríbor a diferentes plazos y por el efecto de la nulidad de las
cláusulas suelo bastante ha conseguido con mantener el beneficio en una línea razonable, aunque con una disminución respecto de año pasado del 13,4% hasta los 481 millones de euros entre los meses de enero y junio.
Lo único que le salva es el hecho de una cierta mejora con relación al trimestre anterior (un 3,5%). No obstante, y por maquillar los resultados, si se excluye del perímetro a
City National Bank que fue vendido en el mes de octubre, la caída sólo ha sido del 8,7% del resultado.
Lamentablemente, en la parte del negocio es donde realmente se comprueban los problemas de gestión bancaria en la actualidad. El
margen de intereses ha caído en un 14.6% hasta los 1.124 millones de euros, consecuencia, como contábamos antes de la caída del Euríbor y la nulidad de las cláusulas suelo. Además, en el tema de
comisiones las mismas han caído en un 14,6% consecuencia de la nueva política de fidelización de clientes. Por lo que respecta al margen bruto disminuye igualmente en un 16,9% hasta los 1.686 millones, lo que deriva, en conjunto con lo anterior, en un resultado de las operaciones financieras de 119 millones de euros, con una caída del 20,5%. Sólo el
leve ajuste de los gastos operativos ha dado algo de respiro a la cuenta de resultados. Ello deriva en una cierta mejora de la ratio de eficiencia, que mejora en 5,1 puntos porcentuales, con el mejor nivel del sector (46,6%). Tiempo al tiempo a posibles ajustes de plantilla.
En términos de solvencia, la ratio CET 1 se sitúa en 12.89%, con una
tasa de morosidad inferior al 10% por primera vez desde junio de 2012. Finalmente, la rentabilidad sobre recursos propios se sitúa en un 8,2%, poca alegría para los socios al experimentar una caída de 1,6 puntos respecto al mismo mes del año anterior.
De todo lo anterior me quedo con la idea de que da lo mismo a quien vote, y aunque puede resultar extraño desde este púlpito, y tampoco quiero que nadie me malinterprete, si quiere votar a Podemos no pasa nada, sus medida políticas ya se han puesto en marcha hace tiempo. Que lleve coleta o barba resulta un tema estético, no de contenido. Y no pasará nada ¿o quizá sí?. Pero bueno, de momento quédense con el hecho de que la banca de todos todavía funciona, aunque podría mejorar.
Por cierto,
Pepe Sevilla, el ceo de Bankia, aseguró que ganarán todos los
conflictos judiciales por la OPV a los clientes institucionales, es decir, a aquellos que sí tienen cultura financiera, es decir, a Iberdrola. Eso está bien, pero ojo, que ya perdieron uno con Festina.
Conclusión: con esos tipos el futuro de la banca doméstica tiene techo. Ni aunque cambies intereses por comisiones. Si subes las comisiones se te marchan los clientes.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com