- Reduce un 14,7% el beneficio hasta septiembre (793 millones), a pesar del aumento de ingresos ( 8,2%).
- Compensa los débiles resultados con los menores gastos financieros (-21%) y de las provisiones (-53%).
- La peor división es la de generación, afectada por la sequía, y que comienzan a ser un quebradero de cabeza.
- Presenta, no obstante, un balance más saneado, gracias al recorte de deuda (5%) y sin problemas de liquidez.
- El comportamiento en Hispanoamérica ha sido razonable, con un buen resultado en la distribución de gas.
- Respecto a Electricaribe hay una cosa: los colombianos no han sabido arreglar la situación y GNF mantiene el recurso.
Los
resultados hasta septiembre de
Gas Natural Fenosa (GNF) no son buenos. Una caída de casi el 15% en el beneficio, hasta 793 millones, no es una buena noticia, máxime tras el análisis de los márgenes: la caída no se ha producido por algún suceso extraordinario, sino por la ejecución ordinaria del negocio.
En concreto, y a pesar del buen incremento de los
ingresos ( 8,2%), el
margen bruto desciende casi un 9% por culpa del fuerte incremento del 17% en el coste de los aprovisionamientos.
La caída del margen bruto se traslada al resultado bruto de explotación (
Ebitda), que baja un 12,3%, a pesar de que los gastos generales y de personal que conectan estos dos márgenes (el bruto y el Ebitda) se hayan reducido un 2,4%.
La fuerte reducción de los
gastos financieros (-21%) y de las
provisiones (-53%) han permitido paliar en el resultado final el mal comienzo de la cuenta de resultados, pero en cualquier caso no han evitado la mala foto final con la que comenzábamos este comentario: -14,7%.
No cabe duda de que GNF presenta un balance más saneado: ha reducido su
deuda bruta en más del 5%, lo que unido a las bajadas de los tipos de interés en los últimos nueve meses, explica la reducción comentada de sus gastos financieros.
Por otro lado, está claramente en una posición de liquidación de algunas inversiones como demuestra la
reducción de su activo no corriente y el incremento de activos que ha puesto a la venta. En este sentido sigue la tónica del sector y de la economía en general tras la gran crisis que hemos venido padeciendo: el
desapalancamiento.
La generación de
liquidez por la actividad empresarial -en consonancia con la caída de los resultados y los márgenes de la actividad- se ha reducido significativamente (-12%). Esa reducción se ha compensado con un recorte de fondos netos aplicados a la inversión (-3%), insuficiente para la fuerte reducción que ha experimentado la variación neta de las
posiciones de liquidez de la entidad, que han caído en casi un 80%. No es preocupante, sin embargo: GNF no tiene problemas de liquidez.
Al final, conviene revisar las
actividades y áreas geográficas en las que opera
Gas Natural para comprender cómo unas cuentas tan sosas (lo habitual en el sector) nos han podido dar un susto (una caída en el resultado de casi un 15% lo es).
Hispanoamérica ha tenido un comportamiento razonable, con un buen resultado en la distribución de gas que ha compensado la caída en beneficio por la distribución de electricidad.
El resultado final se explica por
España y, en concreto, el
área de electricidad, con una reducción de los márgenes empresariales hasta provocar pérdidas. Está detrás la
sequía, la contracción de la producción hidráulica (-72,4%) y el precio de los
aprovisionamientos, pero con estos resultados esta actividad y en esta área comienza a ser un quebradero de cabeza para el grupo.
Respecto a la situación provocada por la intervención de
Electricaribe, GNF mantiene el
recurso contra esa decisión del Gobierno colombiano, pero hay una cosa muy clara también: sin la gestión de Gas Natural, la situación de la compañía ha ido a peor. Al fin y al cabo, la gasista se las arreglaba como podía para doblegar las cuentas -a pesar de los impagos y la morosidad- pero sin ella, han aumentado sus problemas financieros y la deuda se ha desmadrado. Lo ha advertido el
Tribunal de Cuentas del país (la Controlaría). De ahí a devolverla a Gas Natural hay un camino, pero deberá pasar, en cualquier caso, por cambios legislativos, como pidió la española.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com