• Ojo al blindaje del fondo GIP que impone su aquiescencia para decisiones importantes.
  • Desciende la generación de recursos y el beneficio.
  • La deuda se resiste a bajar y Colombia continua siendo un problema.
Primer examen de resultados de Gas Natural Fenosa (GNF) bajo la nueva Presidencia de Isidro Fainé en la compañía energética, tras la venta al fondo de inversión GIP III CANARY 1 por parte de Repsol y Criteria Caixa, del 10% cada una del capital social, por 3.803 millones de euros (M€). La llegada del fondo al accionariado ha transformado las reglas de toma de acuerdos en los consejos de administración. El fondo GIP se ha asegurado un mínimo blindaje  frente a la mayoría que suponen en el Consejo Criteria y REPSOL, exigiendo mayorías cualificadas para la toma de decisiones de calado como operaciones de más de 200M€, compromisos de adquisición o enajenación de activos por más de 500M€, o en temas tan sensibles como presupuestos, planes estratégicos o distribución de dividendos. Vamos, que GIP no quiere que su inversión pueda ser ninguneada por intereses de los mayoritarios y que si ha pagado ese precio es porque quiere asegurarse que va a tener un mínimo control sobre Gas Natural Fenosa. Por lo que se refiere a los resultados al cierre de septiembre, la compañía, al igual que las compañías que hasta la fecha de hoy han publicado datos y tienen una parte importante de sus negocios en países de los antes llamados emergentes, nunca me ha gustado esta calificación pues considero que ese florecimiento de sus economías era circunstancial y sobre todo debido a la búsqueda de las grandes corporaciones de mercados de refugio temporal, han sufrido se forma considerable la depreciación de las monedas de esos países respecto al euro. En concreto REPSOL ha visto reducidos sus ingresos de explotación en un 15%, 164M€ menos que en 2015, debido a la exigencia de los mercados energéticos con unos precios a la baja, en especial en el negocio gasista, donde se ha reflejado en una bajada del EBITDA conjunto de producción y distribución de 252M€ respecto al año anterior. El EBITDA total ha sufrido un descenso del 6,83% -233M€ y sólo el negocio de distribución eléctrica ha mantenido un incremento de 25M€ respecto a 2015. El margen descendió un 3,9% y el resultado neto ha quedado en 930M€ frente a los 1.094M€ del 2015, un 15% menos. Aparte de los imponderables económicos globales que le está suponiendo el mercado, GAS NATURAL, tiene una particular pesadilla con su participada en Colombia ELECTRICARIBE, hace unos años se la compró a los americanos y tengo la impresión que le vendieron un agujero más que un negocio, ya que se encuentra en litigios con la Administración del país pues hasta la fecha acumula más de 1.100M€ de fraudes e impagos de consumos, y no solo de particulares residentes en zonas deprimidas, sino también de administraciones públicas, la situación es tan insostenible no ha podido pagar la factura de septiembre al generador eléctrico local que ascendía a unos 30M€, por lo que se ejecutarán las garantías pertinentes. Lo peor es que la administración del país considera inferiores las cantidades adeudadas y las perdidas han ascendido a 24M€ mientras que en 2015 se había obtenido un resultado positivo de 14M€. A pesar de los mediocres resultados obtenidos, las inversiones de la sociedad han continuado creciendo hasta llegar en lo que llevamos de año a los 1.294M€, 250M€ más que el pasado ejercicio. La deuda financiera bruta se sitúa en los 19.382M€ mientras que en 2015 lo era de 854M€ menos, y el gasto financiero ha descendido un 7%, favorecida por los bajos tipos de interés, a pesar de tener un 75% de la deuda a tipos fijos. A pesar de la complicada situación en algunos países, la compañía espera la estabilización de las monedas hispanoamericanas, la recuperación de las cantidades de un litigio en Argentina y la recuperación de los márgenes en la comercialización del gas, para recuperar en este último trimestre los niveles de resultados del pasado ejercicio. Se me antojan demasiadas incertidumbres para un solo trimestre. El nuevo presidente, Isidro Fainé, planea una ambicioso plan de expansión especialmente en Iberoamérica. A lo mejor es la solución pero no se parte de una situación especialmente sólida. Más que en expandirse habría que consolidar lo que ya se tiene. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com