Los periodos electorales son una época estupenda para la reflexión, y no sólo nos referimos al día anterior al momento de depositar nuestro voto, sino a lo largo de todo el largo periodo promocional que ha convertido la política en un producto de consumo, e incluso añadiría en un producto de ocio y diversión. Los colores y su combinación crean una estructura similar al juego de Enredos que durante nuestra infancia rellenaba las tardes de domingo. Si a ello le unimos ciclos electorales minúsculos, con votaciones constantes, la reflexión se convierte en una migraña, en este caso de origen intelectual, que probablemente no se quite ni con aspirinas y ni tan siquiera votando. Si a ello le unimos la presentación de resultados de las compañías energéticas, como es el caso de Naturgy e Iberdrola, la reflexión -o al menos la nuestra- va enfocada de manera directa al cambio climático. Discutido por uno y adorado por otros, la conclusión o nuestro razonamiento vinculado con estas empresas se enfoca al final en la estructura del pool energético de un país como el nuestro, que carece de recursos fósiles.
Las energías renovables no pueden crecer al ritmo necesario para cubrir nuestras necesidades y los objetivos marcados
Seguir dependiendo del exterior es, sin duda y a largo plazo, una opción compleja, por no decir un suicidio económico. La posibilidad de hacer uso de recursos energéticos alternativos, en este caso sostenibles, se convierte en una necesidad, pero bien es cierto que las opciones de energías renovables no pueden crecer al ritmo necesario para cubrir nuestras necesidades y los objetivos marcados, por muy buen negocio que sea a largo plazo.
En todo ello toca valorar como las empresas del sector gestionan el presente y conjugan el futuro, y como dicha gestión se refleja en su cuenta de resultados y la estructura de sus inversiones. Y es que Iberdrola, con la presentación de resultados de este miércoles, demuestra que se pueden hacer bien las cosas, con un incremento del beneficio de más del 20%, hasta los 2.517 millones de euros en los primeros nueve meses del ejercicio 2019, lo que permite repartir dividendos con un empuje superior al 10%, toda una alegría para el inversor. Dicho incremento del resultado de la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán se soporta, de manera necesaria, en una actividad inversora de relevancia, con un total de 4.727 millones de euros. Dicho importe se concentra, de manera importante en redes y en renovables, con la idea de alcanzar al cierre del año los 5.218 nuevos megavatios (MW) instalados.
Las inversiones ascienden a 4.727 millones, sobre todo, en redes y en renovables: quieren cerrar el año con 5.218 MW nuevos instalados
Todo ello apoyado en un beneficio bruto de explotación de 7.499 millones hasta el fin del trimestre, lo que supone nada más y nada menos que un incremento del 11,6%. En todo ello, el negocio de redes, el de generación y el de clientes soporta la situación de la entidad en este periodo. Y a nivel de caja, el aumento de los flujos operativos del 10,8% y de los fondos derivados de la importante rotación de activos mejoran de manera sustancial la ratio deuda neta/Ebitda hasta 3,5 veces.
En definitiva, tengan cuidado cuando voten el día 10 de noviembre, o quizá nuevamente dentro de seis meses, cuando piensen en los recursos energéticos futuros, en la contaminación, en el cambio climático o en la cuenta de resultados. Actuar sólo como accionista puede ser un buen acicate para escribir el futuro.
La mejora del nivel de caja hace que el ratio deuda neta/Ebitda se sitúe en 3,5 veces
Paralelamente, en la conferencia con los analistas, Sánchez Galán ha señalado que la propuesta final de la CNMC de una tasa de retribución para redes del 5,58%, eliminando el límite a las inversiones y la digitalización, es una “buena noticia”. Esto va en la línea de la compañía, que acelerará su plan de inversiones, una vez cumplidos los objetivos marcados en su plan estratégico actual antes de tiempo, pero habrá que esperar al próximo mayo para conocer las cifras. Y entre estas inversiones, Galán no ha descartado operaciones para crecer en EEUU y Reino Unido, dos países estratégicos, siempre y cuando encajen con el negocio y la estrategia financiera y aporten valor porque el objetivo no es solo crecer “sino mejorar resultados en el corto, medio y largo plazo”.
Por cierto, al hilo del ‘megaproyecto’ eólico marino de Vineyard Wind en EEUU, Galán ha señalado que seguirá adelante, aunque habrá retraso por cuestiones técnicas. Su puesta en operación llegará a finales de 2022 o principios de 2023. Mientras tanto, en Reino Unido, parece ajena al Brexit, y se ha hecho con dos grandes contratos de suministro de luz: el del gigante estadounidense de comercio electrónico (Amazon) y el de la mayor cadena de supermercados británica (Tesco). Fuentes del mercado han valorado dichos contratos en 150 millones de euros.
Sigue adelante con el 'megaproyecto' eólico Vineyard Wind en EEUU y logra dos grandes contratos de luz en Reino Unido para Amazon y Tesco
Y no se puede olvidar que la compañía, y por ende su presidente, están bajo lupa por los trabajos del excomisario Villarejo… Por ahora, le investiga la CNMV, pero ojo, el tema se volvería aún más importante si la Audiencia Nacional decide abrir una pieza separada, algo que ya hizo en el caso del BBVA.