Iberdrola, un grupo que no ha sufrido el Covid-19, hasta ahora. Tal y como sería lo esperable. Así nos presenta para el cierre de este primer trimestre de 2020 un beneficio de 1.257 millones de euros (M€), cuando en el mismo periodo del año anterior publicó uno de 964 M€, lo que supone un incremento del 30,4%. Sin embargo, hay que descontar los 505 millones de euros de beneficios en venta de activos no corrientes (entre ellos, la participación del 8% en Siemens Gamesa), que reduciría ese incremento a sólo un 9,6% antes de impuestos, que no está nada mal.
Todo comienza bien: a pesar del decremento de un 7% en la cifra de negocios, gracias a la caída en un 16% en el coste de los aprovisionamientos, se obtienen unos buenos márgenes posteriores: +5,1% de margen bruto y +5,8% de Ebitda. Dicho de otro modo, los gastos intermedios, que van relacionando los ingresos primeros con los márgenes posteriores, se presentan bastante estables. Al final, la reducción de los gastos financieros (hasta primeros de marzo, los tipos iban cayendo) incrementa el margen final (excluido el resultado extraordinario indicado antes) a ese 9,6% que citábamos, y ello a pesar de una elevación de las provisiones, probablemente pensando en la que se avecina. En el fondo, estabilidad en la compañía que preside Ignacio S. Galán, como corresponde a una eléctrica.
La inversión y las compras de autocartera crecen y se han financiado con la desinversión de más de 1.200 millones
La capacidad de generar liquidez gracias al negocio es congruente con todo lo anterior: sube un 12%, en el primer trimestre de 2020 respecto al primero de 2019. La compañía ha aumentado sensiblemente su inversión bruta en el ejercicio y las compras de autocartera, lo que ha financiado desinvirtiendo más de 1.200 M€ y le ha permitido dedicar a la adquisición de autocartera 741 M€ a 31 de marzo de 2020 (frente a los 432 M€ del 31 de marzo de 2019) y repartir dividendos por 239 M€ y 131 M€ en iguales fechas, respectivamente. Vamos 417 M€ más que en el primer trimestre de 2019 y 980 M€ en total para el accionista en el primer trimestre de 2020. También ha ayudado a toda esta alegría la evolución de los tipos de cambio. Los accionistas, en cualquier caso, muy contentos.
Presume de 14.365 millones de liquidez, de los que los disponibles suponen 12.167 millones (85% del total) y en estas condiciones, los disponibles deberían ser tomados con cautela
Habría que estar, de todos modos, atentos a la reducción de capital circulante, que ha caído en este último trimestre respecto del mismo del año anterior en más de un 10%, y la liquidez en esta situación es muy necesaria. El grupo presume de 14.365 M€ a 31 de marzo, como esta misma mañana hacía Naturgy, pero suma los disponibles (12.167 M€, el 85% del total) y en estas condiciones, los disponibles deberían ser tomados con cautela, porque pueden fallar en un momento dado.
Las cifras de balance, como las de la cuenta de resultados: muy estables. Así, el apalancamiento de la compañía y los niveles de solvencia son muy similares en los dos trimestres que venimos comparando. Lo que sí crece es la rentabilidad para los accionistas, y de manera significativa, pasa al 9,81% desde el 9,17%, lo que unido a la subida de la relación del precio respecto del valor en libros (pasa a 1,54 desde 1,37) nos confirma lo que veníamos diciendo: accionistas contentos.
El apalancamiento y los niveles de solvencia son muy similares a los del primer trimestre de 2019, pero habrá que tener cautela porque el escenario del Covid-19 aún no permite decir nada sobre el futuro
Por lo demás: cautela. Estas cuentas, como todas las que se están publicando, no tienen más valor que constatar el inmediato pasado, pero ante el escenario que abre el Covid-19, no permite decir nada, absolutamente nada, del futuro. Torres más grandes han caído.