PRISA ha publicado en la tarde del miércoles sus resultados del primer trimestre del ejercicio 2021 y, como era de esperar, visto lo visto en nuestros análisis de los trimestres anteriores, no traemos buenas noticias. Si bien es cierto que el resultado neto del grupo ha aumentado respecto al mismo trimestre de 2020 en un 47,3%, éste sigue siendo negativo. Como siempre, antes de comenzar, trataremos de manera breve la situación en bolsa de la compañía. A cierre del martes, el precio de cotización de PRISA fue de 0,919 euros y el miércoles cerró en un precio de 0,93 lo que significa un incremento del 1,2% intradía. Todos los componentes del Ibex aumentaron, así que, aunque el grupo cotiza en el mercado continuo, no ha sido ninguna sorpresa el alza de la acción de PRISA. Este jueves, los títulos caen un 0,6% frente a un Ibex que sube 0,6%.

Pasemos a las principales magnitudes del resultado. Los ingresos de explotación del grupo, es decir aquellos que proceden de sus actividades recurrentes, han descendido un 39,3% respecto al mismo trimestre de 2020, pasando de 261,2 millones de euros a 158,5 millones de euros. Analicemos ahora si los gastos de PRISA se han reducido en igual manera, a ver si al menos se puede sacar algo bueno sobre la gestión de los dirigentes del grupo. Nada, nuestro gozo en un pozo. Los gastos del grupo han descendido en menor medida que los ingresos de PRISA en iguales términos comparativos. Un descenso entre períodos del 25,8%, las cuentas no salen.

Vayamos ahora con la capacidad de generar recursos del grupo a tenor del conocido indicador EBITDA. La mala gestión de los recursos del grupo se ha visto reflejada sobremanera en este indicador. El EBITDA contable de PRISA del primer trimestre de 2021 ha descendido en un 80,8% con respecto al mismo período del año anterior, pasando de ser de 64,1 millones de euros a 12,3 millones de euros. De manera especial, el impacto ha sido severo en la cifra del EBITDA de PRISA en su negocio de educación, con un descenso del 67% achacado, según el grupo, por el efecto de la pandemia, ya que asegura que los colegios de los países de Iberoamérica donde Santillana está presente continúan sin abrir.

Como breve conclusión: para variar, el grupo echa las culpas a la pandemia de la mala situación de su cifra de ingresos

Trataremos a continuación la evolución de la deuda con su principal acreedor, para variar, las entidades financieras. Dejando aparte las operaciones de desinversión acometidas en el grupo en 2020, entre las que destacaban la enajenación de Media Capital y de la mencionada Santillana España, que generaron importantes entradas de caja con el objetivo de reducir su insostenible situación de deuda bancaria. La deuda bancaria total de PRISA ascendía a cierre del ejercicio 2020 a los 679,3 millones de euros y a cierre del primer trimestre de 2021 se ha situado en 660 millones de euros, lo que supone una reducción en términos relativos del 2,8%. Parece que el grupo sigue empeñado en reducir a marchas forzadas su deuda con las entidades financieras, por fin una buena noticia.

Para ir acabando, como breve conclusión: para variar, el grupo echa las culpas a la pandemia de la mala situación de su cifra de ingresos. Si bien no negamos que esto pueda ser cierto, no es del todo verdad, ya que, como hemos visto, la evolución negativa del EBITDA desde el primer trimestre de 2020 al primer trimestre de 2021 es aún mayor que la caída de la cifra de ingresos del grupo en igual comparativa, es decir la gestión de los recursos de PRISA no es buena o por lo menos, podría mejorar. Bueno, al menos el grupo va bien encaminado a reducir su deuda con las entidades financieras. Por lo menos cumple con lo que prometió cuando emprendió su plan de desinversiones el año pasado.