Después de unos días en los que hemos ido viendo las cuentas de algunos grandes de nuestro sistema financiero, con sus correspondientes problemas para mantener el tipo en este ambiente financiero tan raro, estamos todos conteniendo el aliento por si se vuelve a desencadenar otra crisis como la que ya hemos pasado -o peor- y pone en un brete de nuevo a todo el sistema. En este ambiente llega el día de la presentación de cuentas de Banco Santander, y lo hace como los trimestres anteriores, con una cuenta de resultados que, dando una de cal y otra de arena, al final prevalece la de arena ya que, por muchos extraordinarios que nos justifiquen, el resultado neto es el que es.
Empecemos a concretar ya que el beneficio obtenido de 3.732 millones de euros (M€) continúa muy lejos de los 5.742M€ del mismo trimestre del pasado ejercicio, un -35% ni más ni menos, pero vamos a por los motivos.
El margen de intereses, como hemos visto hasta el momento en la mayoría del sector, crece un 4,6%, en total, 26.442M€, en especial por un fuerte impulso registrado en Norte América, con 793M€ de incremento interanual, y Sur América con otros 459M€ más que en 2018. El negocio en España se deja 55M€ y en el resto de Europa, el Reino Unido presenta 241M€ menos que en 2018. Las comisiones mantienen un ligero crecimiento del 3,4%. Con todo ello, el margen bruto de 36.902M€ representa u 2,8% más en términos interanuales.
Los costes de explotación, una vez superada la fase más crítica de la integración del Popular y los ajustes de personal consecuentes, han crecido un 2,8%, curiosamente debidos al 3,3% del crecimiento de los gastos de personal, ya que mientras en Europa se han reducido 2.741 empleos (1.648 en España por la integración del Popular), entre las dos Américas se han incrementado 2.480 empleos que, con los 263 de Global Platform, hacen un neto interanual de 84 empleados menos sobre una cifra de 201.101 trabajadores.
Nos fijaremos ahora en la parte más crítica de la cuenta de resultados: los deterioros y provisiones. En estos epígrafes se han registrado los mayores incrementos que han hecho que el resultado antes de impuestos (8.712M€) haya sido un 17,7% inferior al de los nueve primeros meses de 2018. Como cifras importantes hay que destacar los 337M€ por deterioros de activos financieros, de los que 330M€ lo son por dotaciones netas a insolvencias.
Y del valor en bolsa del Santander, ¿Qué podemos decir? Que continúa igual. No sería difícil aseverar que los accionistas de la entidad son de las peor tratadas del total de entidades cotizadas
Las tasas de morosidad y las dotaciones han descendido en todas las áreas geográficas: 0,6% en Europa, 059% en Norteamérica y 0,02% en Suramérica, pero España sigue manteniendo el dudoso honor de que, a pesar de reducir en un 0,51% su tasa, está aún en un escandaloso 7,23% y un saldo de 15.738M€ de posiciones clasificadas como dudosas. Aun así, la media de morosidad del grupo es del 3,47% mientras que en 2018 era del 3,87%.
Dentro de las dotaciones extraordinarias, hay que destacar especialmente los 1.491M€ que se han tenido que dotar por deterioros del fondo de comercio en el Reino Unido como consecuencia de cambios legislativos en ese país.
El ratio de eficiencia se mantiene en el mismo 46,9% que en 2018 y el de solvencia CET1 Fully Loaded, en el mismo 11,30% que en septiembre del pasado ejercicio, uno de los más bajos ratios de la banca española.
Y del valor en bolsa del Santander, ¿Qué podemos decir? Que continúa igual. No sería difícil aseverar que los accionistas de la entidad son de las peor tratadas del total de entidades cotizadas. Parece como si a sus dirigentes no les preocupase que el valor en el mercado sea 7.864M€ menor que en 2018 y que su cotización en el periodo sea un 13,8% inferior.
Por eso será que, y porque el consenso de los mercados daba cifras inferiores de resultados, al cierre de este artículo la acción perdía 0,18€ después de unas tres horas de cotización.
Yo empiezo a comparar el Santander con ese gran monstruo que las autoridades monetarias consintieron convertirse en un gran globo y que ahora que empiezan a venir mal dadas todos tenemos pavor a pincharlo o a que estalle. Si eso llegara a suceder, la responsabilidad ¿de quién sería?