Como bien saben, ni España ni Europa quieren la energía nuclear, a pesar de que es limpia (por tanto, lucha contra el cambio climático) y tiene una gran aportación en sus sistemas eléctricos. Pero el resumen geoestratégico de la energía es simple: sólo el gas natural, combustible que produce CO2, puede sustituir a la nuclear.
En la presentación de la sexta edición del informe ‘Energía y Geoestrategia 2019’ (ver documento adjunto), se ha destacado que China invertirá en 100 nuevos gigavatios (GW) de energía nuclear antes del año 2040, lo que supone nada más y nada menos que 100 nuevos reactores. Y es que en Europa, la nuclear está en retroceso, pero no ocurre lo mismo en Rusia, Oriente Medio, África y Asia, donde se opta por todo lo contrario: aumento.
Europa va a seguir siendo un importador grande de gas y recibiendo el 30% de Rusia
Dada esta tendencia en el viejo continente, conviene recordar que sólo el gas natural es capaz de sustituir a la nuclear. Algo que no es baladí, porque Europa va a seguir siendo un importador grande de gas y recibiendo el 30% de Rusia, pero va a tener más opciones de dónde comprar esta energía: norte de África, EEUU, Mozambique, Qatar y Noruega son algunas de las posibilidades. Los autores del informe consideran que el mercado del gas natural va a crecer en los próximos años, sobre todo, el gas natural licuado (GNL).
Pero al hilo de China hay que comentar otros de sus secretos en lo que a energía se refiere: apostar por la minería en todo el planeta. De hecho, el país produce el 90% de las tierras raras que se consumen en el mundo. Es más, es dueña del 70% del grafito natural, produce litio (por ejemplo, en Chile y Australia) y cobalto (siendo el segundo productor de la República Democrática del Congo). Y a todo esto se une su liderazgo en el tema de las baterías, clave para el vehículo eléctrico.
Otro de los secretos energéticos de China: apostar por la minería en todo el planeta
La mayoría de los asistentes a la presentación del informe considera que el riesgo geopolítico ha aumentado respecto al año pasado. A los enfrentamientos entre las dos grandes potencias económicas y tecnológicas (EEUU y China), hay que sumar a Rusia, dando lugar a los grandes protagonistas de la seguridad global y la seguridad energética. Además, está el hecho de que Europa no está en las mejores condiciones de cohesión; las tensiones en Venezuela, Libia, Irán, Cachemira y Corea del Norte; o los nuevos conflictos en Argelia y Sudán. Antonio Brufau, presidente de Repsol, ha pedido una "salida pacífica y negociada" en Venezuela y Libia, que impida el derramamiento de sangre, porque lo que ocurre en esos países tiene un impacto sobre los precios de los hidrocarburos; asimismo ha destacado que las tensiones entre EEUU e Irán, la situación de Yemen, Siria, el Brexit ("un laberinto sin una salida clara"), el conflicto de los 'chalecos amarillos' en Francia o las decisiones de Donald Trump tienen su importancia en el ámbito de la energía y la geoestrategia.