• El líder de Ciudadanos lo dice en voz alta por primera vez: no apoyará la investidura de Rajoy.
  • Y claro, la vicepresidenta se ha visto obligada a convertirse en estrella de la televisión.
  • Todavía no ha acudido a Sálvame pero todo es posible.
  • Además, ya sabe que Rajoy ha optado por Cospedal.
  • Mientras, Pedro José Ramírez entra en campaña en favor de... la vice.
  • El periodista ya exigió a Rivera que se comprometiera a no apoyar a Rajoy.
Un mes es mucho en política y más si se trata de campaña electoral. Decíamos anteayer en Hispanidad que Artur Mas podría hacer que Mariano Rajoy repitiera como presidente. Y también adelantamos que Albert Rivera y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría (en la imagen) se habían unido contra el presidente Mariano Rajoy. Y ya puestos a adelantar, también advertimos que un Rajoy renacido y un poco harto había decidido prescindir de Soraya y elevar a su gran adversaria, Dolores de Cospedal. Pero la vicepresidenta se revuelve: no está dispuesta a no cumplir su sueño de convertirse en la primera mujer presidenta del Gobierno de España. Y así, el domingo, su socio Albert Rivera, socio en la conjura contra Rajoy, ha dicho que no votará la investidura de Rajoy. Es la primera vez que pronuncia estas palabras en voz alta y da alas a la conspiración de la vice: gana las elecciones el PP, necesita de Ciudadanos y Rivera pone como condición, para la 'regeneración de España' que el corrupto Rajoy se vaya a casa, pero sí acepta que el PP, lista ganadora, gobierne... con Soraya Sáenz de Santamaría, doña limpia, en la Moncloa. Entre otras cosas porque Soraya sabe que si Rajoy logra ser presidente ella no será ni presidenta ni vicepresidenta. Al tiempo, El Español entra en campaña. Pedro J. Ramírez había fracasado con sus sucesivos lanzamientos pero sigue empeñado en vengarse de Rajoy, quien colaboró a echarle de El Mundo. Así que, en su mero estilo periodístico, se ha hecho con nuevos papeles de Bárcenas, siempre Bárcenas, donde parece diluirse que Rajoy no sólo cobró sobresueldos en el PP sino que incluso el partido le pagó obras en su casa. Lo cierto es que la instrucción ya la cerró el juez Pablo Ruz y que ahora será difícil abrir otro caso, pero Pedro José no dejara de intentarlo. A fin de cuentas, por ahora El Español es un fracaso. Recuerden que cuando Rivera visitó El Español, Ramírez le obligó a jurar, como el Cid a Alfonso VI, que no apoyaría a Rajoy. Cuando hubo conseguido el juramento del político -un hecho más probable que seguro- Ramírez estrechó la mano de Rivera con mucho entusiasmo. En el país del melodrama nadie renuncia a la puesta en escena. Eulogio López eulogio@hispanidad.com