La cifra de beneficio neto de Sacyr en 2020, presentada este viernes, ha sido muy superior a la de 2019, situándose en positivo en 36 millones de euros. Recalcamos el resultado positivo porque venía de obtener un beneficio neto negativo en 2019 de 298 millones de euros. A priori, este análisis, al igual que el de FCC, pinta bien y dejará a su colega constructor ACS colgado en sus pésimos resultados de 2020.
De igual manera que ocurría en el caso de FCC, el mercado había puesto las expectativas mucho más altas en los resultados de Sacyr que lo que la realidad ha reflejado tras la publicación, este viernes, de los mismos. De hecho, la cotización del grupo ha caído en la apertura en aproximadamente un 2%.
Sigamos con nuestro análisis contable del grupo y dejemos el mayor abundamiento en la cotización para otros. En lo que se refiere a la cifra de negocios, a los ingresos, seguimos con buenas noticias: han sido superiores en un 9,1% a los de 2019, pasando de ser de 4.169 millones de euros a 4.548 millones, un buen incremento en época de pandemia.
Ahora pasemos a analizar la capacidad de generar recursos a través del indicador del resultado bruto de explotación, más conocido como Ebitda. Se ha incrementado en un 6,5% respecto al año anterior, pasando de ser de 680 millones de euros a 724 millones, lo que significa una buena gestión de los gastos, aunque debemos tener en cuenta lo siguiente: como dijimos anteriormente, los ingresos se han incrementado en un 9,1%, es decir, su Ebitda se ha incrementado en menor medida que los ingresos y, por ende, el grupo ha gastado proporcionalmente un ‘poquito’ más que el año pasado, lo que suele ser habitual en la práctica de mercado. A mayores ingresos se incrementa aún más el gasto sin ser considerado, por ello, un manirroto financiero.
La deuda financiera ha aumentado en el largo plazo durante el período respecto a 2019 en un 14,6%, esto es, ha pasado de 5.070 millones de euros en 2019 a 5.814,1 millones de euros en 2020. Bueno, al menos la deuda financiera a corto plazo se ha reducido en 173 millones de euros. No es mala señal y, por otro lado, es una estrategia habitual de las empresas. Abundando en el nivel de endeudamiento de Sacyr nos queremos centrar en la estrategia que ha seguido al igual que otros grupos importantes, como hemos visto en el caso de ACS. La compañía que preside Manuel Manrique ha reducido entre 2019 y 2020 sus pasivos corrientes en un total de 601 mil euros, poca cosa. Sin embargo, ha aumentado sobremanera sus pasivos no corrientes en 713 millones de euros con el objetivo de otorgar liquidez al grupo.