Se suponía que la OPI saudí de Aramco era la piedra angular del ambicioso plan del Príncipe Heredero Mohammed Bin Salman, pero hay señales de estampida.
Occidente desconfía y los analistas se fían poco, o muy poco del Gobierno saudí que, para empezar, ha obligado a los bancos a dar préstamos a los ciudadanos para que compren acciones, a interés cero y les prometen dividendos durante cuatro o cinco años.
Así que, podemos hablar de una operación que se ha quedado a medio camino y que, encima, tiene trampa. Es más, la empresa debutará solo en Riad, -se especula con que lo hará meses después en los mercados internacionales, pero está por ver-, y además se sabe, y es más que una sospecha, que Bin Salmán lo que busca es blanquear su imagen con este estreno bursatil
El príncipe heredero de Arabia Saudí, líder de facto del país en plena transformación de su modelo económico para reducir la dependencia del petróleo, no ha sido capaz de recaudar lo 90.000 millones de euros previstos inicialmente. Los riesgos geopolíticos, la falta de transparencia de la compañía y la lucha ecológica han sido algunas de las razones que han enfriado a los inversores internacionales.
Aramco extrae nada menos que el 10% del crudo mundial y es la empresa más rentable del planeta, según estimaciones recientes de Moody's y Fitch
Y lo que es más importante, aseguran los expertos, todo este escenario de incertidumbres que se cierne sobre el país, convierte las acciones de Aramco en un instrumento político que se puede volver en contra del propio Bin Salman. Porque, una cosa es que los inversores institucionales se vean afectados por la caída del precio de las acciones de Aramco, que es más que previsible a corto plazo, y otra cosa es que los minoristas que han comprado un tercio de las acciones, la mayoría como hemos dicho financiados con préstamos de bancos locales, sufran el mismo destino.
Así que, con estas mimbres, la petrolera estatal Aramco empezará a cotizar el próximo miércoles 11 de diciembre. El anuncio llega después de que Aramco fijara en 8 dólares y medio el precio por acción. Saldrá a Bolsa con un valor aproximado de 1,53 billones de euros y no se va a valorar en lo que en principio quería Arabia Saudí que suponía, tal y como contamos en Hispanidad, casi tres veces el PIB español, es decir, en cerca de 3 billones de euros.
Aun así, lo que se confirma es que será la mayor oferta pública de venta de la historia. El 1,5 del capital que saldrá a cotizar valdrá unos 23.000 millones de euros ligeramente por encima del precio fijado para el paquete accionarial que la compañía china Alibabá sacó hace cinco años. Aramco contará con una capitalización superior a las principales empresas de Wall Street.
Blindarse contra ataques de guerra o terroristas
La compañía petrolera extrae nada menos que el 10% del crudo mundial, es la empresa más rentable del planeta y según estimaciones recientes de Moody's y Fitch, el beneficio neto obtenido en 2018 superó los 111.100 millones de dólares, por encima del beneficio neto conjunto de las cinco mayores petroleras de occidente: Exxon Mobile, Shell, British Petroleum, Chevron y Total.
Los riesgos geopolíticos, la falta de transparencia de la compañía y la lucha ecológica, han sido algunas de las razones que han enfriado a los inversores internacionales.
El gobernador de Inversiones Públicas de Aramco, Yaser al Rumayan, anunció que sus ingresos netos en los últimos nueve meses -hasta el 30 de septiembre- fueron de 68.000 millones de dólares. “Es la empresa más fuerte financieramente”, dijo, “en comparación con cualquier otra en el mundo”.
Así que, uno de sus principales objetivos, y según la agencia Reuters, es blindar sus instalaciones de posibles ataques como el que sufrió en septiembre pasado con aviones no tripulados y misiles en algunas de sus instalaciones.
En el folleto de salida a Bolsa, la compañía se especifica que está buscando la cobertura de las aseguradoras para blindarse ante actos de guerra o de terrorismo. En estos momentos, y según Reuters, Aramco tiene cubiertos sus "excesos de pérdidas" con compañías extranjeras, una póliza que no contempla estos posibles ataques ni tampoco las pérdidas de ingresos debido a la interrupción del negocio.
El embajador saudí no habla de la OPI y sí de feminismo y cambio climático
El cambio climático y el empoderamiento de la mujer. Estos son dos de los ejes principales de la cumbre del G20 cuya presidencia ha asumido Arabia Saudí este 1 de diciembre. "Esta es una oportunidad para que demos a conocer los logros, los proyectos y las reformas que se han venido implementando en el país” señalaba el embajador saudí en España, Mansour Bin Khalid Al Farhan Al-Saud, en un desayuno informativo en que le no se ha querido manifestar sobre la salida a Bolsa de la petrolera Aramco.
Aramco empezará a cotizar el próximo miércoles 11 de diciembre. El precio de las acciones se ha fijado en 8 dólares y medio, y saldrá con un valor aproximado de 1,53 billones de euros
Lo que sí hizo fue salir al paso de las informaciones que sitúan a la compañía dentro del grupo de las 20 empresas de combustibles fósiles responsables de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero. "hay muchos otros informes internacionales que posicionan a la petrolera estatal saudí como la que menos emisiones provoca y, además, la que más invierte para incentivar la energía verde", dijo.
En lo que quiso sí quiso hacer especial hincapié el embajador es en los nuevos derechos que introdujo el pasado verano Mohammed bin Salman para las mujeres que, desde entonces, pueden viajar sin el permiso de un pariente masculino, recibir el mismo trato en el lugar de trabajo, tienen derecho a registrar nacimientos, matrimonios y divorcios, a recibir documentos familiares oficiales y ser tutores de menores, y conducir.