Pedro Sánchez ha apoyado al sector del automóvil español y al Rey en su visita a la planta de Seat en Martorell (Barcelona), tras el escándalo de la vacunación de las infantas Elena y Cristina en Abu Dabi… pero lo ha hecho sólo con su presencia y sin hacer ningún discurso. Cuesta creer que se haya mantenido en un segundo plano, aunque puede que sea para no molestar a sus socios de Gobierno, Unidas Podemos, aunque no hay que olvidar que el Sanchismo también suspira por la III República.
La visita se produce con motivo del 70 aniversario de la marca española que pertenece al grupo alemán Volkswagen cumplió el año pasado. La pandemia del coronavirus impidió que se hiciera antes, además, estaba prevista para finales de diciembre y se tuvo que suspender por la cuarentena de Sánchez tras el positivo por Covid-19 del presidente francés, Emmanuel Macron, con quien había almorzado.
El acto llega un día después de que la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, anunciara la creación de un consorcio público-privado, con Seat, Volkswagen e Iberdrola, abierto a otros socios para montar la primera fábrica de baterías en España, en el 28 congreso federal de la FICA UGT (la Federación de Industria, construcción y Agro de dicho sindicato).
Sin embargo, en la planta de Martorell no ha habido ningún miembro de la Generalitat por su rechazo a la monarquía, aunque El Confidencial apunta la cancelación a última hora del secretario general de Economía, Albert Castellanos, quien pertenece a ERC. Asimismo, la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium y los Comités de Defensa de la República (CDR) han convocado protestas con carteles que decían “Cataluña no tiene Rey”. Sin embargo, en su discurso, Felipe VI ha incluido algunas palabras en catalán y ha destacado el espíritu global, audaz y emprendedor de Cataluña, región a la que no viajaba desde el pasado 9 de octubre, cuando inauguró la New Economy Week. Y el silencio de Sánchez también podría deberse a que no quiere interferir en las negociaciones tras las elecciones del 14-F, en las que ganó su candidato y exministro de Sanidad, Salvador Illa, pero en las que no tiene nada fácil lograr ser el próximo ‘president’.
Y por último, una curiosidad al hilo del color de las corbatas. Felipe VI llevaba una de color rojo que suele representar poder, fuerza y pasión; Herbert Diess, presidente del Grupo Volkswagen, también portaba una de este color aunque con algunos cuadros. Por su parte, Sánchez llevaba una corbata estampada de un color similar al morado, que refleja confianza en uno mismo y ayuda a crear primeras impresiones duraderas; y Wayne Griffiths, presidente de Seat, una de color negro, que dejado de lado el luto, simboliza elegancia y estilismo.