Para no parecerse a Mariano Rajoy, al que tanto criticó, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, actuó igual: no se hizo visible en una pantalla de plasma ante un grupo de periodistas sino que apareció él, en carne mortal, en una desierta sala de prensa de Moncloa para que los periodistas, pudieran preguntar, con preguntas formuladas de antemano por Whatsapp.
Se suponía que el Consejo de ministros extraordinario del jueves 13 era para la elaboración de un decreto ley con medidas económicas que afrontar para contrarrestar los efectos del coronavirus, Porque, para entendernos, ya son muchos los que están cayendo en la cuenta del coronavirus no es grave pero sus consecuencias económicas, producto de la histeria creada, sí que lo son.
Las bajas laborales se cargan contra el empresario, no contra la Seguridad Social
Pero lo importante fue el mensaje clave de Pedro Sánchez, Ojo al dato: “Responsabilidad y disciplina social”. Por tres veces repitió el presidente la necesidad de que los españoles guardaran la “disciplina”. Se lo traduzco: obedecedme. Ya lo hemos dicho en Hispanidad: las tiranías del futuro se forjarán para nuestro bien: en nombre de nuestra salud y de nuestra seguridad. Disciplina, señores, no disciplina.
Vamos con las medias económicas anunciadas por Sánchez el rata. De entrada, las ayudas económicas a los damnificados por el coronavirus son mínimas, cuando no ridículas.
Las bajas laborales se cargan contra el empresario, no contra la Seguridad Social. Da gusto lo generoso que es este gobierno con el dinero ajeno. Porque, recuerden en los primeros 15 días de baja laboral, 10 los abona el empresario… que no tiene culpa alguna del coronavirus. Eso no es una ayuda señor Sánchez, eso es ayudar al trabajador con el dinero del patrón.
Presupuestos "extra-sociales". ¡Ay madre! Es decir, el PSOE no cambiará su política económica. Es más: profundizará aún más en el derroche
Luego, dedicará 2.800 millones más a sanidad. Pero hombre, eso es, y no todo, lo que ya debían abonar las comunidades autónomas que tienen trasferidas las competencia de Sanidad. Eso sí, 1.000 millones de euros más del Fondo de Contingencia para operaciones urgentes. Eso sí, es dinero de la Administración Central. Lo otro no.
A las pymes afectadas por el coronavirus, todas, se les permitirá retrasar los pagos de impuestos. Así, asegura Sánchez, se liberará 14.000 millones de liquidez para el tejido económico, que no, cachondo, que no. Así no se libera nada: tú no perdonas los impuestos, lo que haces es permitir el retraso en el pago.
Apoyaremos con una línea de créditos ICO y con una línea especial de 400 millones a los sectores más acosados por el virus, como el turismo. Venga ya, querido amigo:
Lo peor, Sánchez, conmovido por el dolor que el coronavirus ha traído al mundo, asegura que se necesitan unos presupuestos, no ya sociales, sino “extra-sociales”. ¡Ay madre! Es decir, el PSOE no cambiará su política económica. Es más: profundizará aún más en el derroche.
La guinda mezquina: Sánchez no contará con la sanidad privada contra el coronavirus
La guinda mezquina: Sánchez no contará con la sanidad privada contra el coronavirus. Se hará todo lo necesario para luchar contra el pérfido virus, “lo que haga falta y cuando haga falta”. Todo, menos recurrir a la sanidad privada para curar a lo afectados por el coronavirus eso nunca.
Tiene veto ideológico.
No lo duden, el coronavirus provocará una crisis económica pero el gobierno socio-podemita la agrandará.