Ya hemos recordado en Hispanidad la genial frase de Práxedes Mateo Sagasta en la tribuna del Congreso de los Diputados: “Dado que gobernamos mal, gobernemos barato”. Es decir, dado que no le hacemos ningún favor al pueblo al menos no le esquilmemos con impuestos.

El Gobierno socio-comunista de Pedro Sánchez piensa justo lo contrario: creen que gobiernan tan bien que sólo podrán seguir gobernando bien si nos esquilman a impuestos.

Como socialismo es envidia, Moncloa nos castiga con un sablazo fiscal lo más confiscatorio posible: ya ha empezado con los autónomos y ahora va a por el impuesto de patrimonio

Ahora bien, el problema es que el socialdemócrata de derechas, Cristóbal Montoro ya dejó el listón del IRPF tan alto que con mantenerlo donde está es suficiente. No, lo que Sánchez está ejecutando es una subida de cuotas sociales -el impuesto que más paro y economía sumergida provoca- y tasas por todo, hasta por conducir, los llamados impuestos en la sombra.

Por cierto, un paréntesis sobre las tasas para circular por carretera que pretende imponer el ministro ‘Torrente’ Ábalos. Asegura su fiel escudero, y de Marlaska, el director general de Tráfico, Pera Navarro, que si pagamos por ir en AVE por qué no íbamos a pagar por viajar en coche. Hombre, Pera, hay una diferencia: en el AVE te llevan, en tu automóvil te llevas tú solito. Además, antes tienes que haberte comprado un coche, mantenerlo y gastar en combustible. Para no hacer todo eso es por lo que pagas en el tren. Pero lo dice Pera y se queda tan ancho sin nadie que le contradiga.

El pago de peajes, de suyo bueno porque lanza el pago por uso, se convierte en un abuso en España, porque pretende aplicarse a carreteras ya amortizadas. Pero, en cualquier caso, representa una buen ejemplo de la técnica sanchista: yo no te subo los impuestos te subo las tasas, o impuestos finalistas. ¿Y qué más me da, el caso es que tengo que pagar más?

Volvamos al sablazo fiscal de Sánchez: como el socialismo no es otra cosa que envidia, Moncloa prepara una subida de impuestos lo más confiscatoria posible pero sin que se note, vía impuestos finalistas o reducción de desgravaciones. Ya saben: sólo contra los ricos, que empiezan a ser, en España, una especie en peligro de extinción… y las clases medias, también.

La ministra de Hacienda, Marisú Montero tampoco necesita subir el ya altísimo nivel de IRPF mientras continúa hablando de presión fiscal en lugar de esfuerzo fiscal

Por ejemplo, las distintas variantes de impuestos sobre el patrimonio. Por ejemplo, donaciones y sucesiones. Cualquier impuesto sobre el patrimonio es de raíz injusto… porque es un dinero por el que ya se ha pagado renta. Es decir, se paga dos veces por el mismo bien. O se paga permanentemente, como ocurre con el impuesto de bienes inmuebles o de circulación.

Por tanto, Marisú Montero tampoco necesita subir el ya altísimo nivel de IRPF mientras continúa hablando de presión fiscal en lugar de esfuerzo fiscal. Es decir, el esfuerzo fiscal mide la cantidad de impuestos que se paga por renta individual. La presión fiscal se mide por la totalidad de impuestos sobre PIB. Marisú se empeña en decir que España tiene una presión fiscal inferior a la media europea pero silencia que España está a la cabeza de Europa en esfuerzo fiscal. Es decir, que España no tiene más impuestos que Europa pero los españoles pagan más impuestos que los europeos. Medidos sobre su renta… que es como hay que medirlo.

Dentro del sablazo fiscal, para mí lo más sangrante es que suban las cuotas sociales, es decir, el impuesto laboral por excelencia, el que más paro produce.

Aún así no basta, así que Moncloa se dispone a subir el IVA. Perdón, a elevar los tipos reducidos

Han empezando subiendo las cuotas a los autónomos, el único refugio que le quedaba a quien quería trabajar y no limosnear, sin que el Estado le esquilme.

Y aún así no basta, porque a Moncloa ni se le pasa por la cabeza reducir el gasto, así que el esquilme fiscal continuará. Ya está pensando incluso en subir el IVA, siempre con el eufemismo de reducir el los tipos reducidos de IVA. O sea, subirlo. La voracidad fiscal de Marisú Montero es paralela a su desfachatez para negar que esté subiendo impuestos.

Es la España mendicante que pretende crear Pedro Sánchez, la España del voto cautivo. Los emprendedores, autónomos, pymes, etc. es decir, los hombres libres que no quieren subvencione ni subsidios, que quieren ganar el pan con el sudor de su frente, sobran en el Sanchismo. Es el reparto de la miseria, reparto controlado por el Estado, naturalmente.

Don Pedro, dado que gobierna usted mal, gobierne barato, por favor.