Sánchez pasará a la historia como el hombre que introdujo en España la eutanasia, el último eslabón que le quedaba al mercado de la muerte. En el fondo, la eutanasia no es más que un aborto postparto, es decir, matar al ya nacido.
El jueves 10 de septiembre comienza a debatirse en el Congreso un proyecto de ley que, afortunadamente, se ha ido retrasando por las convocatorias electorales (¡bendita inestabilidad!) y que la pandemia consiguió relegar, quizás porque el coronavirus tiene el mismo efecto que la eutanasia: reducir el número de ancianos y, con ello, el número de pensionistas.
La eutanasia no es más que un aborto postparto. ¿Por qué no se suicidan solos? Es muy fácil
Y lo más grave es que el primer partido en presentar este proyecto no fue de izquierdas, sino de derechas: Ciudadanos, hoy aliado de Pedro Sánchez. Pero tampoco el PP se ha alzado contra una ley homicida: los de Pablo Casado continúan mariposeando con una ley de mínimos.
Con la eutanasia se van a establecer los dos bandos que existen en el Congreso: la mayoría progre, de izquierda (PSOE y Podemos más los nacionalistas) votaran a favor. La mayoría progre de derechas -Ciudadanos- apoyará el proyecto y el PP depende de lo que le convenga en ese momento: votará sí o se abstendrá.
Si no quieres que el enfermo sufra… la solución no es matarlo, sino los cuidados paliativos
El único partido no progre del hemiciclo, el derechista Vox, será el único que se oponga a la ley de eutanasia.
Más cosas. Sánchez sigue los pasos de Países Bajos, pionero de la ‘muerte digna’, que ya nos anuncia lo que ocurrirá después: en Holanda ya están con la eutanasia de niños, tras las progresivas ampliaciones de la norma original.
El trasfondo de esta norma homicida: si no quieres que el enfermo sufra… la solución no es matarlo, sino los cuidados paliativos. Lo que ocurre es que la eutanasia no es una norma para paliar el dolor sino para finiquitar la depresión y la desesperación, que son las marcas de nuestro tiempo.
La eutanasia no es una norma para paliar el dolor sino para finiquitar la depresión y la desesperación, que son las marcas de nuestro tiempo
¿Por cierto se llama suicidio asistido porque se lía a un tercero, al médico, convertido, como en el aborto, en carnicero. ¿Por qué los deprimidos no se suicidan solos? Si es muy fácil.
Por cierto, el proyecto de ley tiene trampa: admite la objeción de conciencia para los médicos que no quieran matar pero, ojo, dice que asegurará el “derecho a la eutanasia”. Ejemplo: un sanitario, sólo en Urgencias, podrá negarse a aplicar la eutanasia. Es una trampa que ya se ha utilizada con la objeción de conciencia respecto al aborto.
En teoría se protege la objeción de conciencia para el médico que no quiera matar… pero tiene trampa
Aunque a lo mejor no es necesario: el mercado de la muerte ya dispone de píldoras abortivas... y de píldoras eutanásicas.
Decía Chesterton que el peor de los homicidios es el suicidio.