- El PSOE cree que sólo puede haber investidura con un acuerdo que englobe a los tres partidos -socialistas, Podemos y Ciudadanos-.
- Por eso, insiste en acercarse a Iglesias sin alejarse de Rivera. La dirección del PSOE quiere forzar a Podemos, al menos, a abstenerse, y usará todos los recursos a su alcance para ello.
- No obstante, fuentes socialistas ven cada vez más difícil el entendimiento con Podemos y descartan un Ejecutivo de coalición.
- Porque Pablo Iglesias le exigirá abandonar las 200 medidas pactadas con Albert Rivera y que se reinicien los trabajos de la mesa de la izquierda.
- Y mientras, la cúpula de Ciudadanos admite ya sin tapujos el riesgo de que los socialistas "se tiren al monte y pacten con Podemos y los separatistas".
El secretario general socialista,
Pedro Sánchez, tiene previsto reunirse el miércoles con
Pablo Iglesias. Sánchez está dispuesto a aceptar una negociación bilateral entre el
PSOE y Podemos, pero siempre tomando como base su pacto con Ciudadanos, es decir, sin dinamitarlo, como pretende Iglesias, según informa este lunes El Mundo.
Fuentes próximas al secretario general socialista explicaron que el PSOE está dispuesto a comenzar esa negociación bilateral con Podemos, al margen de
Ciudadanos, que hace unos días no contemplaba, para desbloquear el diálogo. Pero las mismas fuentes dejan claro que nada de lo que se pudiera acordar en esa mesa "entrará en contradicción" con lo pactado con Rivera.
El PSOE cree que sólo puede haber investidura con un acuerdo que englobe a los tres partidos -socialistas, Podemos y Ciudadanos. Por eso, insiste en acercarse a Iglesias sin alejarse de Rivera. Es decir, Sánchez riza el rizo y podría hacer posible lo imposible. La dirección del PSOE quiere forzar a Podemos, al menos, a abstenerse, y usará todos los recursos a su alcance para ello.
No obstante, fuentes socialistas ven cada vez más difícil el entendimiento con Podemos y descartan un Ejecutivo de coalición. Más aún tras la purga realizada en este partido, con la destitución fulminante de su secretario de Organización, Sergio Pascual, una de las personas de la máxima confianza de su número dos, Íñigo Errejón, que desde entonces ha optado por desaparecer de la vida pública. Los socialistas entienden que después de "la depuración de los más moderados" puede ser mucho más difícil el entendimiento. Máxime cuando el sector anticapitalista de Podemos, que se ha visto reforzado, rechaza ponerse de acuerdo con el PSOE.
El secretario general de Podemos le exigirá abandonar las 200 medidas pactadas con Albert Rivera y que se reinicien los trabajos de la mesa de la izquierda para formar un Gobierno de coalición entre el PSOE, Podemos, IU y Compromís que llegue al poder con la abstención de Democràcia i Llibertat y Esquerra, algo que Sánchez no contempla.
Y mientras, ¿qué opina Ciudadanos?
También según El Mundo, la cúpula de Rivera admite ya sin tapujos el riesgo de que los socialistas "se tiren al monte y pacten con Podemos y los separatistas", como resume
José Manuel Villegas, mano derecha del presidente de Ciudadanos. "Si no somos capaces de formar un Gobierno constitucionalista, las alternativas son un Gobierno populista o nuevas elecciones, y ninguna es buena para España".
Los mensajes velados que transmite Ciudadanos es que no quiere que esa reunión se produzca. No pueden determinar la agenda de Sánchez, pero su malestar quedó patente la semana pasada. Es más, horas después de conocerse las intenciones de Sánchez de acercarse en solitario a Podemos e IU, el líder del PSOE tuvo que verse con Rivera para tranquilizarle. "Creemos que la reunión con Iglesias no es el camino adecuado, pero entendemos que Sánchez pueda verlo diferente", admiten desde la dirección de C's.
En Ciudadanos consideran que, una vez pasada la Semana Santa, si no se ha conseguido sumar ningún escaño en el Congreso a su pacto, será el momento de sentarse con el PSOE y renegociar la estrategia y el estado de salud del acuerdo y determinar el camino a seguir. Aunque en la formación emergente consideran que el PSOE hizo un guiño al
PP al aceptar que se sentasen a hablar los equipos negociadores, asumen que la
radicalidad de Sánchez y su equipo respecto a un diálogo con Rajoy y el PP no facilita el diálogo.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com