Leyendo a los analistas políticos profesionales y escuchando a los contertulios del mismo sector; todos aquellos que independientemente de la ideología, se consideran serios, preparados y con sentido común, coinciden en la mala gestión de la pandemia que padecemos por parte de Gobierno. Igualmente nos advierten de la situación económica que se nos viene encima.
La conclusión lógica es que a este Gobierno le viene muy grande la resolución de la pandemia, como el afrontar la situación económica futura. Y no solo por ideología totalmente trasnochada, sino por una total incompetencia y una negligencia culpables y dolosas. Y últimamente está entrando en el ridículo. Así llegamos a que la solución está en un gobierno de personas preparadas, de las que hay bastantes en España, y sostenido por los partidos que de verdad están dispuestos a cumplir y hacer cumplir la Constitución. A defender nuestros símbolos, nuestra lengua común y nuestra unidad como nación. Y para ello sobra en la política española un tal Sánchez.
En consecuencia, Sánchez debe de dimitir sin esperar a las elecciones. ¿O es que dentro de su partido no hay nadie con la suficiente solvencia para sustituirle y formar el gobierno de unidad, que España necesita imperiosamente en estos momentos? Si es así, entonces el que debe de desaparecer de la escena política española es el PSOE.
Desde el Jefe del Estado y hasta en la Constitución, hay suficientes mecanismos, totalmente democráticos, para eso se pusieron, que nos pueden permitir el cambio de un gobierno totalmente letal para España. No seré quien los enumere, porque si eso hiciese falta; entonces sí que tendríamos un problema gravísimo.
No es menester ser profeta, dados los antecedentes con que contamos, para concluir que por cada día, cada mes, que continúe este personaje al frente del Gobierno de España, nos costará, cuatro o cinco meses, o dos o tres años más, el salir de la pandemia primero y del desastre económico que nos dejará, después.